miércoles, 3 de abril de 2019

Contacto desde Solarian



Dean Fagerstrom

Este caso ha sido investigado por los ufologos Philip J Imbrogno y Marianne Horrigan. Según cuenta ella, cuando Philip conoció por primera vez a Dean Fagerstrom, en 1982, Dean era residente de Putnam Lake, tenía 57 años de edad, estaba casado y tenía dos hijos. El nos aseguró, dice ella, que estaba en contacto con entes extraterrestres, espirituales, que lo utilizaban para que difundiera información en nuestro mundo. Dean originalmente, le escribió una carta al doctor J Allen Hynek en 1981, describiendo sus contactos con un ser llamado Donestra. El Dr Hynek quedó impresionado con esa carta, porque estaba muy bien escrita. Su autor era definitivamente inteligente, y estaba seguro de que lo que estaba diciendo era verdad. Entonces, el doctor Hynek le envío una copia a Phil, y le pidió que visitara al Sr. Fagerstrom.
Dean fue un anfitrión perfecto, mientras conversábamos sobre sus contactos y como habían sucedido las cosas. No había ni la más mínima duda de su parte. Hablaba con tranquilidad sobre sus experiencias y parecía tenernos confianza al brindarnos información. En ningún momento se comportó como si estuviera inquieto. Empezó contándonos su historia como si nos estuviera hablando de sus últimas vacaciones.
Aunque los contactos de Dean parece que vienen de su niñez, sus experiencias como adulto comenzaron en noviembre de 1966, mientras estaba en el ejército, en Bad Kreunznach, Alemania. Vivía en el centro, aproximadamente a una milla de la base militar. Una noche, a las dos de la madrugada, mientras estaba sentado en su departamento, comenzó a sentir algo extraño, tenía la sensación de que alguien estuviera en su casa, con el. Eso lo hizo levantar, y buscar por toda la casa. A pesar de que el sentimiento no era amenazador, él se sintió un poco inquieto. Volvió a su escritorio, adonde estaba trabajando sobre una secuencia del sistema numérico para descifrar la lotería. Cada vez que miraba al tablero blanco, un rostro similar a un ser humano se le aparecía. La cara ocupaba casi la totalidad del tablero, de dos por tres. Cuando la imagen era más clara, se dio cuenta que no se trataba solamente de un cara sino de dos. Un débil resplandor rojizo delineó el borde de la imagen. Una cara era como la de un hombre y la otra de una mujer. El hombre tenía cabello rubio y largo, hasta los hombros; el cabello de la mujer era un poco más oscuro y más corto.
Ambos tenían ojos azules penetrantes. Dean estaba algo sorprendido por esta aparición, pero no tenía miedo. Observó los rostros y le resultaron familiares, sabía que los había visto antes. Se les acercó para escuchar sus voces. El hombre se presentó como Donestra, y la mujer, como Kilestra, diciendo que era la esposa de Donestra, en lugar de su compañera.
Donestra le dijo a Dean que las imágenes que él veía no eran reales, sino proyecciones holograficas. Le dijeron que mirara al cielo en los días siguientes, ya que le iban a dar una prueba de que la comunicación había existido -que no era un sueño-. Pocas noches después, la curiosidad llevó a Dean a mirar por la ventana al cielo nocturno. Vio un objeto enorme, que hacía unas maniobras sorprendentes. Esta visión de una nave aérea era la evidencia que Dean necesitaba, para poder corroborar que el contacto no había sido ninguna alucinación que ocurrió a altas horas de la noche.
En 1967, después que Dean había terminado de prestar su servicio militar, se trasladó a Brewster, Nueva York. Su vida era tranquila, y el año pasó sin que ocurriera ningún acontecimiento especial. Luego, el 19 de enero de 1968, a las 4:30 de la madrugada, Dean tuvo otro encuentro con una inteligencia extraterrestre, una experiencia de contacto que le cambió la vida.
Dean se despertó y vio un resplandor azulino en la moldura cerca del cieloraso. También escucho un sonido increíble, con vibraciones de alta frecuencia. Lentamente, fue apareciendo un objeto que tenía aproximadamente tres pulgadas de diámetro, que era redondo y se parecía a un micrófono pasado de moda.
Ese objeto se fue acercando cada vez más, hasta que se detuvo enfrente de Dean, a una distancia que no superaba un pie. El objeto quedó suspendido en la mitad del aire, y continuó oscilando, produciendo un sonido de altísima frecuencia. A medida que Dean lo miraba, el aparato se aproximaba más, desde el centro de un disco, se proyectaba algo, que se extendía hacia afuera cuatro o cinco pulgadas aproximadamente. La proyección se parecía a un “pica hielo”. A Dean le pareció que era algo si como una sonda, la que se le acercó hasta quedar a unas tres pulgadas de su frente, y empezar a emitir una vibración tan intensa, que le hizo estremecer toda su cabeza y el cuello. Dean quedó indefenso, tendido en la cama durante varios minutos, hasta que el aparato se detuvo y desapareció de la vista.
Al día siguiente, viernes por la mañana, Dean entró a su automóvil y se dirigió a un negocio de arte. Compro papel de dibujo, lápices, escuadras, compases y otra clase de materiales para dibujar. La salida de compras no le pareció que estuviese bajo su control. No pudo entender porqué estaba comprando esas cosas. Dean recogió sus compras y regresó a su casa. En menos de 72 horas había dibujado diferentes clases de “maquinarias extraterrestres”. Dean no sabía porqué había estado haciendo eso, no tenía idea qué eran los aparatos que él había dibujado.
A medida que pasaban los años, Dean había continuado manteniendo contactos con Donestra. Los resultados de estos encuentros fueron dos manuscritos inéditos de 500 páginas que fueron escritos por Dean, en los libros “the Book of Solarian” y en “El Ciudadano Celestial”.
Dean asegura que una noche, a las 3:00 de la madrugada, se despertó y vio que tres seres pequeños y con capuchas, entraron a su habitación. Aunque no tenía miedo, no se podía mover. Los seres realizaron algo así como una cirugía, al sacarle la parte superior de su cráneo. Los vio cuando colocaban varios cristales pequeños del color de un rubí. Después, estos seres recogieron su pequeño equipo de cirugía y se fueron por el mismo camino por donde vinieron. Desde entonces, Dean no solamente se convirtió en un genio para las matemáticas, sino que también era capaz de tocar piezas musicales extraordinarias, en el piano.
Dean tenía otra historia fantástica para contarnos, sobre otra experiencia que cambió profundamente su vida. En el anochecer del 26 de abril de 1985, Dean iba camino a su casa cuando, de repente, un desvío lo sacó de la ruta e hizo que se perdiera. Mientras manejaba tratando de encontrar la ruta nuevamente, terminó en la escuela preparatoria de New Fairfield. Cuando estaba dando la vuelta en el estacionamiento, un objeto que estaba en el cielo, le llamó la atención. Se detuvo para mirarlo y vio que una nave, que tenía movimientos lentos, se le estaba acercando en un ángulo de treinta grados. Se sintió muy embelesado, tan solamente de ver que se estaba dirigiendo hacia él. No recuerda haber abierto la puerta del automóvil, simplemente que se abrió y él salió del mismo, sin pensarlo. Un túnel de color verde agua se proyectó hacia él desde la nave, y un piloto, un tipo buen mozo, salió riéndose entre dientes, y diciéndole a Dean que no había nada que temer.
El hombre estaba vestido con un equipo de vuelo de color burdeos. Le indicó que lo siguiera. Entonces los dos entraron en la nave, la que despegó a una buena velocidad promedio, aunque no sentía ninguna sensación de que se estuviera moviendo.
Llegaron a un lugar parecido a la Tierra. Estaba anocheciendo y se alcanzaban a ver un par de edificios. El piloto le informó que se estaban dirigiendo a uno de los edificios, pero que él tenía que caminar derecho, que le iban a indicar que debía hacer. Dean camino hacia un edificio, y empezó a subir una escalera. Luego, sin ninguna advertencia previa, Donestra apareció de repente enfrente suyo. Estaba vestido de la misma forma en que Dean siempre lo había visto durante sus comunicaciones telepáticas, con un enterizo azul ajustado.
Donestra le indicó que fuera a un edificio y se desvistiera, y que luego entrara en una cabina. Al entrar en la cabina un líquido con más densidad que el agua lo cubrió por completo y lo limpió. El agua le enjuago el resto del líquido. De repente vio que ya se había secado. Cuando salió de la cabina, sus ropas estaban calientes y parecía como si las hubieran llevado a la tintorería.
Donestra le explicó que le habían tenido que purificar de las ideas internas, luego lo llevó hasta una gran mesa de piedra, donde estaban conversando cinco muchachas que representaban a las cinco razas. Dean les quiso hablar, pero Donestra le dijo que no era el momento apropiado.
Dean volvió a la nave, el piloto regresó y no recuerda nada del viaje de regreso, solamente que se encontraba en su automóvil y con la puerta cerrada. Vio que la nave estaba suspendida en el aire, sobre un lago de las cercanías. Cuando volvió a su casa, su hijo estaba realmente preocupado, porque él había llegado con más de dos horas de retraso.
Durante años, Donestra le enseñó una cantidad considerable de cosas sobre el universo y sobre las metas de la raza humana. Le dijo que nuestro universo es simplemente una proyección de un universo mucho más extenso y que está compuesto en su mayor parte, por energía. Este otro universo ha sido conocido como el “Mundo Espiritual”, o como “del otro lado”, el que existe en muchos niveles diferentes. El mismo Donestra es una especie de ángel que una vez vivió en nuestro universo. Donestra nació el 19 de junio del año 1647 en un planeta llamado Solarian. Dejo nuestro universo (se murió) el 27 de julio de 1776, a la edad de 129 años. Es uno de los tres individuos más altamente ubicados en una misión especial.
El día de año nuevo de 1989, otro mas de los seres más altamente posicionados, se le apareció a Dean, también una especie de ángel, más viejo y poderoso que Donestra. Se puede decir que es como el jefe de Donestra. Le dijo a Dean que su nombre era Aphax. Después, Dean fue sacado de su cuerpo y llevado al antiguo Egipto, donde vio una espectacular construcción de piedra. Dentro de la cabeza de Dean, empezaron a surgir números y ecuaciones.
Franz Listz
Como dijimos antes, Dean se había convertido en un genio de la música, tocando piezas importantes en el piano. Donestra explicaba que Franz Listz, que vivió desde 1811 hasta 1886, podía tocar el piano por intermedio suyo.
Hace poco, Dean aseguró que Listz se le apareció en persona, y le dijo que debía usar su música para ayudar a despertar los sentimientos de todos los que la escucharan.


POR: PEPÍN

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