Contacto desde Solarian
Dean Fagerstrom |
Este caso ha sido investigado por los ufologos Philip J Imbrogno y
Marianne Horrigan. Según cuenta ella, cuando Philip conoció por primera vez a
Dean Fagerstrom, en 1982, Dean era residente de Putnam Lake, tenía 57 años de
edad, estaba casado y tenía dos hijos. El nos aseguró, dice ella, que estaba en
contacto con entes extraterrestres, espirituales, que lo utilizaban para que
difundiera información en nuestro mundo. Dean originalmente, le escribió una
carta al doctor J Allen Hynek en 1981, describiendo sus contactos con un ser
llamado Donestra. El Dr Hynek quedó impresionado con esa carta, porque estaba
muy bien escrita. Su autor era definitivamente inteligente, y estaba seguro de
que lo que estaba diciendo era verdad. Entonces, el doctor Hynek le envío una
copia a Phil, y le pidió que visitara al Sr. Fagerstrom.
Dean fue un anfitrión perfecto, mientras conversábamos sobre sus
contactos y como habían sucedido las cosas. No había ni la más mínima duda de
su parte. Hablaba con tranquilidad sobre sus experiencias y parecía tenernos
confianza al brindarnos información. En ningún momento se comportó como si
estuviera inquieto. Empezó contándonos su historia como si nos estuviera
hablando de sus últimas vacaciones.
Aunque los contactos de Dean parece que vienen de su niñez, sus
experiencias como adulto comenzaron en noviembre de 1966, mientras estaba en el
ejército, en Bad Kreunznach, Alemania. Vivía en el centro, aproximadamente a
una milla de la base militar. Una noche, a las dos de la madrugada, mientras
estaba sentado en su departamento, comenzó a sentir algo extraño, tenía la
sensación de que alguien estuviera en su casa, con el. Eso lo hizo levantar, y
buscar por toda la casa. A pesar de que el sentimiento no era amenazador, él se
sintió un poco inquieto. Volvió a su escritorio, adonde estaba trabajando sobre
una secuencia del sistema numérico para descifrar la lotería. Cada vez que
miraba al tablero blanco, un rostro similar a un ser humano se le aparecía. La
cara ocupaba casi la totalidad del tablero, de dos por tres. Cuando la imagen
era más clara, se dio cuenta que no se trataba solamente de un cara sino de
dos. Un débil resplandor rojizo delineó el borde de la imagen. Una cara era
como la de un hombre y la otra de una mujer. El hombre tenía cabello rubio y largo,
hasta los hombros; el cabello de la mujer era un poco más oscuro y más corto.
Ambos tenían ojos azules penetrantes. Dean estaba algo sorprendido por
esta aparición, pero no tenía miedo. Observó los rostros y le resultaron
familiares, sabía que los había visto antes. Se les acercó para escuchar sus
voces. El hombre se presentó como Donestra, y la mujer, como Kilestra, diciendo
que era la esposa de Donestra, en lugar de su compañera.
Donestra le dijo a Dean que las imágenes que él veía no eran reales, sino
proyecciones holograficas. Le dijeron que mirara al cielo en los días
siguientes, ya que le iban a dar una prueba de que la comunicación había
existido -que no era un sueño-. Pocas noches después, la curiosidad llevó a
Dean a mirar por la ventana al cielo nocturno. Vio un objeto enorme, que hacía
unas maniobras sorprendentes. Esta visión de una nave aérea era la evidencia
que Dean necesitaba, para poder corroborar que el contacto no había sido
ninguna alucinación que ocurrió a altas horas de la noche.
En 1967, después que Dean había terminado de prestar su servicio
militar, se trasladó a Brewster, Nueva York. Su vida era tranquila, y el año
pasó sin que ocurriera ningún acontecimiento especial. Luego, el 19 de enero de
1968, a
las 4:30 de la madrugada, Dean tuvo otro encuentro con una inteligencia
extraterrestre, una experiencia de contacto que le cambió la vida.
Dean se despertó y vio un resplandor azulino en la moldura cerca del
cieloraso. También escucho un sonido increíble, con vibraciones de alta frecuencia.
Lentamente, fue apareciendo un objeto que tenía aproximadamente tres pulgadas
de diámetro, que era redondo y se parecía a un micrófono pasado de moda.
Ese objeto se fue acercando cada vez más, hasta que se detuvo enfrente
de Dean, a una distancia que no superaba un pie. El objeto quedó suspendido en
la mitad del aire, y continuó oscilando, produciendo un sonido de altísima
frecuencia. A medida que Dean lo miraba, el aparato se aproximaba más, desde el
centro de un disco, se proyectaba algo, que se extendía hacia afuera cuatro o
cinco pulgadas aproximadamente. La proyección se parecía a un “pica hielo”. A
Dean le pareció que era algo si como una sonda, la que se le acercó hasta
quedar a unas tres pulgadas de su frente, y empezar a emitir una vibración tan
intensa, que le hizo estremecer toda su cabeza y el cuello. Dean quedó
indefenso, tendido en la cama durante varios minutos, hasta que el aparato se
detuvo y desapareció de la vista.
Al día siguiente, viernes por la mañana, Dean entró a su automóvil y se
dirigió a un negocio de arte. Compro papel de dibujo, lápices, escuadras,
compases y otra clase de materiales para dibujar. La salida de compras no le
pareció que estuviese bajo su control. No pudo entender porqué estaba comprando
esas cosas. Dean recogió sus compras y regresó a su casa. En menos de 72 horas
había dibujado diferentes clases de “maquinarias extraterrestres”. Dean no
sabía porqué había estado haciendo eso, no tenía idea qué eran los aparatos que
él había dibujado.
A medida que pasaban los años, Dean había continuado manteniendo
contactos con Donestra. Los resultados de estos encuentros fueron dos
manuscritos inéditos de 500 páginas que fueron escritos por Dean, en los libros
“the Book of Solarian” y en “El Ciudadano Celestial”.
Dean asegura que una noche, a las 3:00 de la madrugada, se despertó y
vio que tres seres pequeños y con capuchas, entraron a su habitación. Aunque no
tenía miedo, no se podía mover. Los seres realizaron algo así como una cirugía,
al sacarle la parte superior de su cráneo. Los vio cuando colocaban varios
cristales pequeños del color de un rubí. Después, estos seres recogieron su
pequeño equipo de cirugía y se fueron por el mismo camino por donde vinieron.
Desde entonces, Dean no solamente se convirtió en un genio para las
matemáticas, sino que también era capaz de tocar piezas musicales
extraordinarias, en el piano.
Dean tenía otra historia fantástica para contarnos, sobre otra
experiencia que cambió profundamente su vida. En el anochecer del 26 de abril
de 1985, Dean iba camino a su casa cuando, de repente, un desvío lo sacó de la
ruta e hizo que se perdiera. Mientras manejaba tratando de encontrar la ruta
nuevamente, terminó en la escuela preparatoria de New Fairfield. Cuando estaba
dando la vuelta en el estacionamiento, un objeto que estaba en el cielo, le
llamó la atención. Se detuvo para mirarlo y vio que una nave, que tenía
movimientos lentos, se le estaba acercando en un ángulo de treinta grados. Se
sintió muy embelesado, tan solamente de ver que se estaba dirigiendo hacia él.
No recuerda haber abierto la puerta del automóvil, simplemente que se abrió y
él salió del mismo, sin pensarlo. Un túnel de color verde agua se proyectó
hacia él desde la nave, y un piloto, un tipo buen mozo, salió riéndose entre
dientes, y diciéndole a Dean que no había nada que temer.
El hombre estaba vestido con un equipo de vuelo de color burdeos. Le
indicó que lo siguiera. Entonces los dos entraron en la nave, la que despegó a
una buena velocidad promedio, aunque no sentía ninguna sensación de que se
estuviera moviendo.
Llegaron a un lugar parecido a la Tierra. Estaba anocheciendo y se
alcanzaban a ver un par de edificios. El piloto le informó que se estaban
dirigiendo a uno de los edificios, pero que él tenía que caminar derecho, que
le iban a indicar que debía hacer. Dean camino hacia un edificio, y empezó a
subir una escalera. Luego, sin ninguna advertencia previa, Donestra apareció de
repente enfrente suyo. Estaba vestido de la misma forma en que Dean siempre lo
había visto durante sus comunicaciones telepáticas, con un enterizo azul
ajustado.
Donestra le indicó que fuera a un edificio y se desvistiera, y que
luego entrara en una cabina. Al entrar en la cabina un líquido con más densidad
que el agua lo cubrió por completo y lo limpió. El agua le enjuago el resto del
líquido. De repente vio que ya se había secado. Cuando salió de la cabina, sus
ropas estaban calientes y parecía como si las hubieran llevado a la tintorería.
Donestra le explicó que le habían tenido que purificar de las ideas
internas, luego lo llevó hasta una gran mesa de piedra, donde estaban
conversando cinco muchachas que representaban a las cinco razas. Dean les quiso
hablar, pero Donestra le dijo que no era el momento apropiado.
Dean volvió a la nave, el piloto regresó y no recuerda nada del viaje
de regreso, solamente que se encontraba en su automóvil y con la puerta
cerrada. Vio que la nave estaba suspendida en el aire, sobre un lago de las
cercanías. Cuando volvió a su casa, su hijo estaba realmente preocupado, porque
él había llegado con más de dos horas de retraso.
Durante años, Donestra le enseñó una cantidad considerable de cosas
sobre el universo y sobre las metas de la raza humana. Le dijo que nuestro
universo es simplemente una proyección de un universo mucho más extenso y que
está compuesto en su mayor parte, por energía. Este otro universo ha sido
conocido como el “Mundo Espiritual”, o como “del otro lado”, el que existe en
muchos niveles diferentes. El mismo Donestra es una especie de ángel que una
vez vivió en nuestro universo. Donestra nació el 19 de junio del año 1647 en un
planeta llamado Solarian. Dejo nuestro universo (se murió) el 27 de julio de 1776, a la edad de 129
años. Es uno de los tres individuos más altamente ubicados en una misión
especial.
El día de año nuevo de 1989, otro mas de los seres más altamente
posicionados, se le apareció a Dean, también una especie de ángel, más viejo y
poderoso que Donestra. Se puede decir que es como el jefe de Donestra. Le dijo
a Dean que su nombre era Aphax. Después, Dean fue sacado de su cuerpo y llevado
al antiguo Egipto, donde vio una espectacular construcción de piedra. Dentro de
la cabeza de Dean, empezaron a surgir números y ecuaciones.
Franz Listz |
Como dijimos antes, Dean se había convertido en un genio de la música,
tocando piezas importantes en el piano. Donestra explicaba que Franz Listz, que
vivió desde 1811 hasta 1886, podía tocar el piano por intermedio suyo.
Hace poco, Dean aseguró que
Listz se le apareció en persona, y le dijo que debía usar su música para ayudar
a despertar los sentimientos de todos los que la escucharan.
POR: PEPÍN
No hay comentarios:
Publicar un comentario