Caso Almansa
Rosita, víctima del "exorcismo" |
Para ponerles en situación; ocurrió en el año 1990, en
Almansa, Albacete, Castilla La Mancha.
Allí vivía un matrimonio con su hija.
Rosa Gonzálvez Fito, la cual era la madre, tenía creencias
religiosas así como en rituales paganos y además practicaba diversas técnicas
de sanación, de hecho ella misma se proclamaba como sanadora.
Por otro lado, su marido Jesús Fernández Pina ejercía,
digámoslo, como secretario personal de Rosa, aunque antes había sido zapatero
pero debido a lo bien que les iba el negocio de la santería, pudo dedicarse
exclusivamente a ayudar a su mujer.
Rosa era venerada por mucha gente que tenía fe ciega en ella
y que, según aseguraban, curaba prácticamente todos los males, pero yendo ya
más allá de sus seguidores/as llegamos a una persona que llegó a desempeñar una
obsesión insana y a volverse adicta a las sesiones de Rosa, hablamos de María
de los Ángeles Rodríguez Espinilla, quien seguía a pies juntillas cualquier
cosa que le dijese o recomendase la santera, aparte de acudir con asiduidad a
sus sesiones y creer fervientemente cualquier cosa que esta le dijese. Tanto
fue así que acabó odiando y sintiendo asco por su marido, el cuál según Rosa,
por las cosas que le contaba María, estaba poseído.
Este es el momento en el que Rosa se da cuenta de que podría
aspirar a más, y aprovechándose de las buenas migas que hizo con María, decide
que esta, su hermana y la propia hermana de Rosa deberían trabajar con ella en
su consulta, para de alguna manera estar respaldadas unas con otras y unirse en
sus rituales.
Sobra decir que todas aceptaron sin mucho insistir.
En este punto es donde empieza todo a desbordarse.
Se sabe que normalmente, quedaban en casa de María, para
hacer rituales, drogarse y practicar orgías, siempre con un pretexto religioso
y asegurando que eran rituales necesarios para acercarse más a Dios y liberar
del mal al mundo, además de purificarse entre ellas.
También era habitual que consumiesen una planta denominada
beleño blanco, la cual tiene como principio activo un alcaloide que también
está presente en la burundanga.
El objetivo en aquel momento era mantener drogadas a las
hermanas para que se uniesen a ellas en los ritos, pues se mostraban escépticas
a todo lo que las dos mujeres practicaban, sin embargo seguían con ellas.
Llegó un momento en el que Rosa y María aseguraron ser
enviadas del Señor, la reencarnación de Jesucristo y la virgen y que iban a
casarse. Según afirmaban únicamente ellas tenían el poder o herramienta de la
salvación del mundo.
Lo primero en su larga lista de propósitos fue exorcizar a
María, pues según Rosa estaba poseída por su marido y le hacía mucho mal, así
como a los hijos de la misma, porque nuevamente según Rosa, eran portadores del
mal.
El exorcismo consistía, dejando aparte los rituales que
tuvieron lugar, en introducir los dedos en las gargantas de las personas para
producirles arcadas y de esa manera echar al mal o ente que tenían dentro.
Los días siguientes no fueron muy distintos, ambas mujeres
seguían con los rituales y relaciones sexuales con la aceptación de todos los
que les rodeaban, pero se fueron incrementando, cada vez necesitando más
sesiones y variopintos rituales.
Probablemente el culmen de la situación llega cuando después
de unos de los innumerables exorcismos que realizaron, Rosa asegura ser un
extraterrestre de otro planeta venido a este para salvarlo.
Llegados a este punto, Rosa cruzó la última línea de cordura
que podría quedarle, pues decidió que su hija Rosita, debía tomar parte de los
rituales.
Una noche en la que estaban presentes todos (Rosa, María,
sus hermanas, el marido de la primera y su hija Rosita), se hizo participar a
la hija en el ritual.
Nada más desnudar a la niña y hacerle obligar a tumbar en el
frío suelo, Rosa sintió o vio que como comenzaba a tiritar la joven, esto era
señal de que estaba profundamente poseída.
Deciden coger a Rosi, llevarle a su habitación, atrancar las
puertas con muebles y dedicarse a seguir allí con sus rituales y actividades.
Hasta que a una de las involucradas comienza a menstruar,
Rosa ni corta ni perezosa le pone una toalla y comienza a darle puñetazos en el
estómago, para después sacar la toalla llena de sangre y afirmar que eso era el
aborto del Diablo y que él estaba en aquella habitación, en vez de entender que
obviamente esa sangre era producto de la menstruación.
Rápidamente llegan a la conclusión de que el Diablo está
dentro de Rosi, por lo que las hermanas comenzaron a sujetarla fuertemente
mientras Rosa empieza a palpar la vagina de su hija.
Aquí sin duda es cuando Rosa perdió toda la cordura y
humanidad que le quedaban, pues la mujer completamente enajenada, comienza a
meter los dedos por el conducto vaginal de la niña para primero palpar como
hemos comentado y terminar desgarrando la vagina hasta el punto de poder meter
las dos manos.
Ella sigue extrayendo partes del cuerpo de su hija
convencida fervientemente de que la está salvando, esto debería ser muy
complicado sin ninguna herramienta más que las manos y la fuerza de la
enajenación y creencia que tendría en aquel momento, amén de las sustancias que
habría tomado. Pueden imaginarse el dolor inenarrable que sentiría su pobre
hija.
Después de desgarrar el útero, extrae los ovarios, vísceras
y termina arrancándole el intestino a su hija, así como otros órganos y partes
de su cuerpo.
Al día siguiente, por la mañana, Jesús el padre de la chica
y marido de Rosa pudo entrar con dificultad en la habitación (recordemos que la
noche anterior había sido atrancada la puerta con diferentes muebles) para
encontrarse a su hija desangrada y muerta rodeada de diferentes vísceras y
partes internas de su cuerpo.
Evidentemente al ver aquello, Jesús entra en razón y decide
buscar ayuda llamando a la policía.
Es entonces cuando Rosa decide que la única manera de poder
traer de vuelta su hija con vida es arrancarle los ojos a su hermana y
ponérselos al cadáver de su hija.
Ella se defiende y después de recibir una fuerte paliza por
parte de las allí presentes y un intento de arrancarle los ojos, cesan dicha
acción y empiezan a ser conscientes de lo que han hecho, del brutal y escabroso
suceso del que su hija fue participe con el trágico final que conocemos.
La hermana de Rosa termina hospitalizada con los ojos
prácticamente extraídos pero todavía en su lugar.
La autopsia de Rosi concluyó en que a la joven víctima tan
solo le quedaban tres órganos en el cuerpo.
Rosa y María intentaron fugarse y salir airosas del crimen,
pero por fortuna no fue así y ambas fueron detenidas.
Las tres mujeres que fueron participes en el dantesco
“ritual” fueron absueltas, sin embargo Rosa y María acabaron en un hospital
psiquiátrico evidentemente debido al palpable trastorno mental que padecían.
Ana, que era la hermana de Rosa no recibió ninguna pena.
Todo esto se sabe por las diferentes declaraciones y
testimonios que ofrecieron todas las mujeres allí presentes cuando ocurrió el
fatídico suceso, excepto Rosa la cual no declaró.
Para los interesados, pueden visitar el siguiente enlace para encontrar un artículo que escribió ABC sobre el suceso.
Fotos extraídas del periódico ABC |
Escrito por: Fran "Dela"
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