* ARCANUS MUNDU *

INQUIETUDES NOCTURNAS

Parálisis del sueño

La parálisis del sueño sería una incapacidad transitoria para realizar cualquier movimiento o acción de forma voluntaria que tiene lugar durante el periodo de transición entre el estado de sueño y el de vigilia.

En caso de producirse, se daría en el momento justo antes de quedarse dormido o de despertarse y salvo casos excepcionales suele durar un máximo de tres minutos.

En este lapso de tiempo, la persona afectada no puede mover ninguna parte del cuerpo, pero sin embargo es consciente de todo, lo que puede acabar provocando ansiedad y dificultad para respirar.

Para hacernos una idea, sería como si la persona se quedase “atascada”, estando dormida pero parcialmente despierta al mismo tiempo.

Junto a los síntomas anteriormente citados, es también común poder experimentar alucinaciones; tanto táctiles, visuales o incluso auditivas.

Según un estudio, no es raro que entorno al 60% de la población sufra al menos una vez este fenómeno a lo largo de su vida y un 6% de estos podría sufrir más de un caso.

Visitantes de dormitorio

Ahora bien, teniendo en cuenta de lo que hemos hablado previamente, no deja de ser poderosamente llamativo el que, en cualquier parte del mundo, la gente asegure haber tenido al menos un suceso de visitantes de dormitorio (VDD a partir de ahora) en su vida.

En cierta medida podría estar relacionado con la parálisis del sueño, probablemente, aunque no siempre tenga que ver con ello.

Sabemos que, según el país, localidad, o incluso creencias o mitología, los VDD reciben diferentes nombres, aspecto o formas pero todos tienen algo en común; aparecen en nuestro cuarto cuando intentamos conciliar el sueño, para en el mejor de los casos, contemplarnos y obviamente producirnos una sensación de agobio o incomodidad difícilmente superable, pero como veremos a continuación hay sucesos de todo tipo.

Si bien es cierto que la parálisis del sueño puede producir alucinaciones en cualquier sentido prácticamente, no sería la respuesta o excusa ante todos los diferentes y variados casos de VDD y ahora veremos exactamente por qué.

Después de haber visto u oído diferentes casos, uno llega a la conclusión de que los VDD son en realidad bastante común a lo largo de todo el mundo, y nos podemos encontrar todo tipo de testimonios, desde los más “inofensivos” podríamos denominar, que serían en los que una persona se da cuenta de que una entidad o sombra le está vigilando en su cuarto a pocos metros de ella, o bien tiene una fuerte sensación de que hay una presencia observándola, a los más llamativos, en los cuales las víctimas aseguran que han sido molestados por esta entidad, que no solo se dedicaría a observarles, sino que les tocaría o incomodaría de diferentes formas, normalmente manteniendo contacto con ellos.

Pero sin duda los testimonios más escalofriantes son en los cuales la víctima asegura que ha sido abducida, por decirlo de alguna manera, a un sitio en concreto en donde han experimentado con ella y después devuelto a donde estaba durmiendo.

Suelen acompañar sus testimonios con pruebas; tales como heridas que presentaron al despertarse, que no recuerdan haberse hecho o incluso son indoloras, marcas a lo largo del cuerpo y los casos quizá más llamativos, gente a la que se le han realizado radiografías y han detectados “implantes” metálicos en diferentes partes del cuerpo de los cuáles no se tenía constancia hasta entonces.

También se asegura que lo que principalmente buscan los VDD es absorbernos parte de nuestra energía.

Por lo que podemos sacar en claro que no se sabe que aspecto en concreto tienen estas criaturas o entidades, ya que según el lugar o la persona a quien preguntes, difiere.

Pero lo más común, según los testimonios, es que estas entidades pudiesen tener aspecto de: Una sombra alargada, extraterrestres de corta estatura, duendes, un espectro o incluso brujas, entre otras posibilidades.

Súcubos e Íncubos

Por otro lado, se tiene creencia de que los VDD podrían tener como variante, venir o derivar de los súcubos e íncubos.

Estos seres eran bastante conocidos en la Edad Media, pero tienen su origen incluso antes y hablaremos luego de él.

Se dice que estos demonios se les aparecían por la noche a su víctima, mientras dormían, para drenarles su energía, la sangre e incluso el semen en el caso de los hombres.

Si bien hay diferentes creencias en cuanto a ellos, por ejemplo hay gente que asegura que ambos serían el mismo demonio, pero que este podría elegir la forma o aspecto que querría mostrar según de la víctima que se tratase (Súcubo sería una “mujer” con una belleza fuera de lo terrenal, e Íncubo sería un demonio “masculino”), hay otras personas que piensan que cada uno de ellos era un demonio distinto, y por último los que piensan que directamente, aunque el aspecto pareciese como tal, no tenían sexo si quiera.

También se cree, que lo que este demonio hacía principalmente era seducir a los hombres mostrándose como una bella mujer, para después extraerles el semen y entonces, en una víctima mujer, convertirse en Íncubo y dejarla embarazada; aquí dicen que o bien el hijo nacía con malformaciones o taras o también podría desaparecer el vientre gestado después de unos meses.

Lilith, el primer súcubo

Según la religión hebrea, Lilith, sería la primera mujer que viviría en el Edén junto a Adán y antes que Eva.

Sin embargo, abandonaría el Edén a voluntad propia, instalándose al lado del mar Rojo en donde se juntaría con Satanás y otros demonios, allí daría luz a sus hijos, a los que se les conoce como Lilim, los cuales podrían ser súcubos, vampiros o demonios.

Se dice que más tarde, cuando tres ángeles de Dios fueron a buscarla llamados: Snvi, Snsvi y Smnglof, ella se negó. Por lo que el cielo la castigó haciendo que muriesen cien de sus hijos al día, motivo por el cuál ella raptaría a niños de corta edad de sus cunas, que aún no habían sido circundados, y acabaría con sus vidas como venganza.

También se presentaría ante los hombres para acostarse con ellos y así engendrar a los Lilim, fruto del semen derramado, motivo por el cual se le atribuye el ser el primer súcubo del que se tiene constancia.

Se le suele representar con el aspecto de una mujer con una belleza fuera de lo común, a veces incluso alada.

Encarna a la belleza maligna y se le considera la madre del adulterio y de la fornicación pasional.