Harrisville: la verdadera historia de la película
“Expediente Warren: El Conjuro”
En un intento
porque sus hijos tuvieran una vida más relajada en el campo, Roger y Carolyn
Perron compraron su casa de ensueño en el invierno de al año 1970. La Antigua
Hacienda Arnold tenía unas 81 hectáreas de terrenos y contaba con una de
las plantaciones originales en un área explorada por el colono John Smith en
1680 y transferida posteriormente a Roger Williams para la formación del
estado de Rhode Island. Localizada sobre la carretera Round Top en Harrisville,
Rhode Island, esta “preciosa y encantadora” casa de campo de 10 habitaciones
fue construida en 1736 sobre un terreno hermoso, con mucho espacio donde cinco
niñas podían correr y jugar. Nancy y Christine Perron compartían habitación,
Cindy y April otra, y Andrea tenía una habitación sólo para ella – excepto en
las noches en que, como contó Andrea, “sus hermanas venían arrastrándose
hasta su cama, temblando y llorando de miedo.”
La casa embrujada de la antigua hacienda Arnold |
La
familia Perron notó que algo andaba mal con el lugar desde el primer día en que
se instalaron en su hermosa casa. Más tarde se enterarían que un total de ocho
generaciones de familias habían vivido y muerto en Antigua Hacienda Arnold,
entre estos residentes estaba el Sr. John Arnold, quien a los 93 años se
suicidó colgándose de las vigas del establo. Además de esta, muchas otras vidas
terminaron en la hacienda, incluyendo varios suicidios (por ahorcamiento,
envenenamiento), la violación y el asesinato impune de una niña de once años, Prudence
Arnold (se presumía que había sido asesinada por un empleado de la
hacienda), dos ahogamientos en el riachuelo situado en las proximidades de la
construcción y cuatro hombres que, misteriosamente, murieron ahorcados en estas
tierras. No pasó mucho tiempo para que los Perron entendieran por qué el
vendedor anterior les aconsejó, el día que se mudaron a la casa, que
“encendieran las luces por la noche”.
Vigas del establo donde se suicidó Arnold |
En un principio, los fantasmas o espíritus demoniacos
como los Warren creían, eran inofensivos. Descritos como opacos o poco
sustanciosos en apariencia, había numerosos espíritus habitando aquella vieja
casa. Un ode estos fantasmas tenía un olor peculiar a flores, mientras que otro
era tan amable que les daba un beso de buenas noches a las niñas en sus camas
todas las noches. Otro parecía ser el fantasma de un pequeño que las niñas
observaban, hipnotizadas, empujando carros de juguete alrededor de toda la
habitación.
Una aparición, posiblemente, un fantasma femenino, era
una presencia bienvenida en esta casa. Los Perron siempre escuchaban el barullo
de alguien que estaba barriendo la cocina. Cuando entraban al comedor,
encontraban que una escoba había sido movida a un lugar diferente a donde la
habían dejado, con un pequeño montón de tierra recién barrido en el centro del
piso, esperando a ser depositado en el cesto de la basura.
Una de las habitaciones de la casa embrujada |
“Manny” era otro de
los espíritus que las niñas Perron adoraban. Creían que Manny era el espíritu
de Johnny Arnold, quien se quitó la vida ahorcándose en el ático de la
casa en 1700. Manny solía aparecerse enfrente de las niñas, muchas veces de
pie, observando en silencio sus actividades diarias. Manteniendo una sonrisa
irónica en el rostro, parecía disfrutar de los juegos infantiles. Si las niñas
llegaban a hacer contacto visual con Manny, este se iba tan repentinamente como
llegaba.
Además de estas entidades fantasmales, los Perron atestiguaron muchos fenómenos extraños e inexplicables. Camas que levitaban a unos centímetros del suelo, un teléfono que flotaba por los aires y que caía bruscamente al suelo cuando alguien entraba a la habitación, además de varios objetos que planeaban por toda la casa con total autonomía. Frecuentemente, las sillas eran retiradas repentinamente dejando a los invitados desprevenidos tirados en el suelo y no era nada raro que las fotografías cayeran de las paredes. Alguna vez los Perron llegaron a informar haber visto sangre de un color anaranjado que goteaba de una pared y se disolvía en la nada.
Cama de una de las niñas, que levitó |
Andrea Perron en la actualidad |
Bathsheba fue una criatura
despreciable y repugnante, describieron su rustro como una “colmena de abejas
deshidratada” cubierta de telarañas y sin rasgos humanos apreciables a
excepción de los gusanos que se arrastraban a través de grietas de la arrugada
piel de su cara. Su cabeza, redonda y grisácea, estaba “inclinada hacia un
lado”, como si su cuello hubiera siro roto, y un hedor llenaba la habitación
cuando se hacía presente.
Bathsheba Thayer nació en al año de 1812 en
Rhode Island y contrajo matrimonio con Judson Sherman el 10 de marzo de 1844.
En vida, Bathsheba tuvo una vida muy solitaria, fue excluida de la comunidad
luego de ser acusada de matar
a su bebé como un sacrificio a Satanás. El cadáver del bebé fue
encontrado con un objeto puntiagudo incrustado en su cabeza. Ante la falta de
pruebas, el caso fue abandonado. Se cree que Bathsheba tuvo más hijos, la
totalidad de los cuales morirían antes de cumplir cuatro años. Y sus hijos no
eran sus únicas víctimas. Bathsheba también era conocida por tratar con
brutalidad a sus empleados, a menudo, dejándolos sin alimento y golpeándolos
por cualquier cosa. Cuando Bathsheba murió el 25 de mayo de 1885, el forense
puntualizo en las notas que nunca había visto algo semejante – su raquítico
cuerpo se había solidificado de forma aterradora, aparentemente convirtiéndose
en piedra.
Lápida en la que se lee el nombre de Bathsheba |
Fue fácil darse cuenta que
Bathsheba tenía a sus predilectos en la casa. Ella torturaba a Carolyn Perron
(una de las hijas, Cindy también era un blanco frecuente), mientras que
acechaba al Sr. Perron. Cuando el hombre estaba en casa, los aparatos se
rompían con frecuencia. Roger Perron tomaba estos aparatos rotos y los llevaba
hasta el sótano para repararlos. Mientras estaba allí, a menudo sentía a
Bathsheba tocándolo, acariciando su cuello y pasando sus manos sobre su
espalda. Pero mientras Bathsheba deseaba al Sr. Perron, odiaba a Carolyn, su
esposa. Era claro que Bathsheba deseaba que Carolyn se fuera de la casa.
Un artículo publicado en
agosto de 1977 en el periódico local describió la aparición de Bathsheba: “La Señora Perron dice
que despertó una mañana antes del amanecer y se encontró con un fantasma al
lado de su cama: la cabeza le colgaba hacía un lado sobre un viejo vestido
gris. Había una voz reverberante que decía: ‘Vete. Vete. Te sacaré con muerte y
tristeza’ ”
Al inicio, Bathsheba trataba a Carolyn de forma “cruel”.
Carolyn era estrangulada, abofeteada y solía ser golpeada con diversos objetos.
Su mayor temor, el fuego, pronto fue descubierto por la entidad y utilizado
para aterrorizarla, Bathsheba batía antorchas contra su cama mientras le exigía
que dejara inmediatamente la casa.
Conforme el tiempo pasó,
los ataques empeoraron. Por ejemplo, un día Carolyn estaba acostada sobre el
sofá, cuando sintió un fuerte dolor en la pantorrilla. La mujer examinó su
pierna y encontró una gran herida sangrante, parecía como si “una aguja de
coser hubiera pinchado su piel”. Más tarde, luego de las frustradas amenazas
hacia Carolyn para que saliera de la casa, Bathsheba tomó un camino
diferente e intentó invadir el cuerpo de Carolyn. Creyendo que Carolyn
había sido poseída, los Perron decidieron llamar a los investigadores
paranormales Ed y Lorraine Warren para que les ayudaran.
Ed y Lorraine Warren a menudo son considerados
en su disciplina como “los investigadores paranormales por excelencia“.
Durante décadas, ayudaron a investigar apariciones y posesiones demoníacas a lo
largo de todo Estados Unidos. En muchos de sus casos, fueron capaces de
convencer al Vaticano de practicar exorcismos de espíritus que descubrían. Los
Perron supieron de los Warren después de una de sus muchas charlas públicas y
les insistieron en que los ayudaran a salvar a su madre. En este punto, creían
que Bathsheba había poseído físicamente a Carolyn Perron, y Ed Warren estuvo de
acuerdo con dicha afirmación.
La hija, Andrea Perron,
recordó la noche que se produjo el exorcismo: “La noche en que pensé
que vería a mi madre morir fue la noche más terrible de todas. Ella habló con
una voz que nunca habíamos escuchado antes y con una fuerza que no es de este
mundo saltó a seis metros de distancia hacia otra habitación.”
Desafortunadamente, la
verdadera historia de la familia Perron terminó de forma muy diferente a la
retratada en la película “El Conjuro”. De hecho, los Warren no
tuvieron éxito librando a la familia Perron de su tormento infernal.
Carolyn Perron recordó la “terrible noche” y explicó que, a pesar de que las
intenciones de los Warren eran buenas, notaron que las cosas empeoraron “en
torno a ellos”. Conforme la situación se salió de control, Roger Perron les
exigió a los Warren que dejaran el sitio inmediatamente.
Los Perron se enteraron que
todos los antiguos ocupantes (excepto el pastor de una iglesia local y su familia)
de la Antigua Hacienda Arnold habían informado de fenómenos sobrenaturales en
la propiedad. De hecho, el propietario anterior a los Perron había llamado a un
contratista para renovar la casa. El contratista estaba en plena remodelación
de la casa, cuando repentinamente dejó de trabajar y simplemente huyó. Los
relatos dicen que el hombre salió de la casa gritando dejando abandonadas toda
su herramienta y su coche. Los propietarios nunca se mudaron y la casa
permaneció vacía durante varios años antes de que la familia Perron la
comprara.
La casa y el granero de los Perron |
A pesar
de todas estas desafortunadas circunstancias, los problemas financieros mantuvieron a la familia Perron
arraigada a su hogar durante 10 largos años. Incapaces de
escapar, tuvieron que soportar las inconveniencias de los espíritus “amistosos”
y la tortura de los fantasmas malévolos. Por último, en 1980, ante la
insistencia de Carolyn, los Perron estaban financieramente habilitados para
abandonar la casa. Se trasladaron a Georgia.
El libro escrito por Andrea Perron |
Según
Andrea Perron, la actual dueña Norma Sutcliffe, quien compró la casa en
1983, mencionó que ella, su marido Gerry, y muchos invitados han tenido experiencias
paranormales en la hacienda, incluyendo la puerta siendo azotada en el
vestíbulo, sonidos de gente hablando en otra habitación, pasos que se escuchan
alrededor de la casa, además de un caso extraño y distinto: la silla de su
marido comenzó a vibrar en la sala de estudio. También afirman que han sido
testigos de una luz azul brillante que se “traslada a través del cuarto”, de
una “niebla” flotando a través de las habitaciones de la casa y de vibraciones
tan intensas en las paredes que creyeron que la casa se vendría abajo. Varios
visitantes a su casa le dijeron haber visto una mujer mayor, con un moño en el
pelo, moviéndose silenciosamente por toda la casa.
El making of de la película “El Conjuro”
Las verdaderas hermanas Perron y las actrices infantiles que las interpretaron |
La muñeca que se muestra en la película se basó en otro caso de 1970 de lo Warren, el caso de la muñeca Annabelle |
El
filme de James Wan, El Conjuro, estuvo basado en los
hechos que implican a los Fantasmas de Harrisville. El guión de
la película se basó en los expedientes personales de los Warren, complementados
con información que Carolyn Perron les ofreció a los productores. Lorraine
Warren trabajó como consultora durante la filmación y aparecía en el set para
ofrecer orientación mientras la película era filmada.
Bathsheba Sherman
La mujer que se encuentra
al centro y a la izquierda de la foto, parece llevar una mascarilla quirúrgica.
Probablemente sea una medida de precaución para protegerse de una de las
epidemias de bacterias de esa época, quizá de la difteria, la tuberculosis o la
influenza. Varios videos y sitios web han presentado esta foto como un retrato
de Bathsheba. Esta idea se originó luego de un video realizado para promover el
libro de la hermana mayor de los Perron “House of Darkness House of Light”
de Andrea Perron. Sin embargo, el video no declara explícitamente que la mujer
sea Bathsheba. Y por último, lo habitantes actuales de la Vieja Hacienda Arnold dicen tener más problemas por personas curiosas y fanáticos del film, que
intentan meterse en su propiedad, que por los entes sobrenaturales.
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