martes, 19 de marzo de 2019



 EL MISTERIO DEL PASO DYATLOV:


Muerte en la nieve


El grupo integrado por Igor Dyatlov, líder del grupo (23 años); Zinaida Kolmogorova (22); Liudmila Dubinina (21), Aleksandr Kolevatov (25); Rustem Slobodin (23); Yuri Krivonischenko (24); Yuri Doroshenko (21); Nicolas Thibeaux-Brignollel (24); y Alexander Zolotarev (37). Yuri Yudin fue el único superviviente por quedarse en el campamento base.
El grupo en la última foto antes de partir al monte Otorten
 El dos de febrero de 1959, diez estudiantes y expertos alpinistas, encabezados por Igor Dyatlov de 23 años, partieron en una expedición a los Urales. Una zona montañosa no muy difícil para montañistas experimentados como ellos. Concretamente se dirigían al monte Otorten y el clima, no era el más propicio para realizar dicha travesía. Aún así, nada hacía presagiar el final trágico que les esperaba a los pies del monte Otorten.
Lugar del campamento, en la actualidad y en verano

Al llegar al último lugar de aprovisionamiento, antes de iniciar la travesía al monte, Yuri Yudin, un miembro de la expedición, enfermó repentinamente, viéndose obligado a quedarse para recuperarse y no retrasar a sus compañeros. Paradójicamente, su mal estado de salud, acabó por convertirle en el único superviviente de la expedición Dyatlov. Ninguno de los nueve estudiantes del Instituto Politécnico de los Urales, regresaría con vida del monte Ortorsen, cuya traducción es “No vayas allí”. Un nombre bastante acertado para la montaña.
La tienda que el equipo de rescate encontró el 26 - 02 - 1959

El 20 de febrero y al no recibir noticias en todo ese tiempo, los familiares de los estudiantes dieron la voz de alarma para que se buscara a los alpinistas. Se movilizó un equipo de búsqueda compuesto por miembros de la policía, militares y hasta profesores y alumnos de lo que hoy es la Universidad Técnica de los Urales. Tras varios días de infructuosa búsqueda, el día 26 del mismo mes, encontraron el último campamento que habían establecido los estudiantes, a los pies del Jolat Siajl, que en idioma mansi significa “montaña muerta” o “montaña de los muertos”. Las pruebas que se encontraron desvelaron que algo horroroso les había sucedido. Las tiendas estaban destrozadas y semienterradas por la nieve, lo inquietante; es que estaban rajadas desde dentro, como si hubiesen huido durante la noche despavoridos.
La tienda con cortes horizontales (para observación)
No había nadie en su interior, salvo los ensere personales y ropa de abrigo, que era esencial para enfrentarse a las bajas temperaturas de la zona. Nadie en su sano juicio abandonaría algo de lo que dependían para vivir. Entre los objetos encontraron unas cámaras fotográficas, que revelaron que los estudiantes habían acampado el dos de febrero a las 5 de la tarde. Lo más importante fueron las huellas halladas que se dirigían en línea recta, desde las tiendas destrozadas hacia el bosque cercano. Las huellas pertenecían a los nueve estudiantes y eso demostraba que huyeron semidesnudos, algunos descalzos o con una sola bota, e incluso alguno con sólo los calcetines. No se encontraron más huellas que las de ellos y tampoco signo alguno de violencia. El rastro se perdía a 500 metros cerca del bosque. Allí encontraron los primeros cuerpos.
El horror se refleja en los rostros de los muertos




Los cuerpos de Dubinina y Thibeaux-Brignolle
Dos de los estudiantes se hallaban bajo un pino, al lado de los restos de una hoguera y las ramas destrozadas del mismo árbol. Tan sólo como vestimenta llevaban la ropa interior. A pocos metros de allí, tres cuerpos más, entre los que se encontraba Igor Dyatlov, el líder del grupo. Por la posición de los cadáveres, parecía que habían intentado volver al campamento. El hallazgo de los cinco jóvenes y el profundo impacto de su trágico final, provocó que se iniciara una investigación para hallar al resto de los estudiantes. Las autopsias revelaron que los cinco jóvenes murieron por hipotermia y no presentaban lesiones externas. Tan sólo uno de los cuerpos tenía una fractura leve en el cráneo, que nada tuvo que ver con las causas de la muerte. Dos meses después, encontraron a los cuatro integrantes que faltaban. Se hallaron bajo 5 metros de nieve, cerca de un barranco, en las cercanías donde habían sido hallados sus compañeros.

Igor Dyatlov, su cráneo fracturado, pero no daños externos
El cuerpo de uno de los excursionistas
Lo extraño e inquietante vino después, pues el cráneo de uno de ellos estaba destrozado por dentro y dos más, tenían las costillas rotas. Una de las chicas tenía la lengua arrancada y a otro le faltaban los ojos. Al contrario que los demás, se hallaban vestidos, pero con las ropas de los que habían fallecido anteriormente. Una de las chicas llevaba para envolverse los pies, los pantalones de otro de sus compañeros fallecidos. Por si esto solo, no fuera suficiente para helar la sangre del equipo de rescate, lo hizo el hecho de descubrir, que la piel de los cuerpos hallados, presentaba un color más oscuro anaranjado que el resto. Más tarde, se detectarían rastros de radiación en dos de los cadáveres, aumentando así la inquietud y el misterio de la tragedia de los Urales. Tres meses de investigación y análisis, terminó por zanjar el asunto de los alpinistas, sin llegar a ninguna conclusión. Las autopsias darían como causa de sus muertes, una frase tan misteriosa como lo sucedido en los Urales: “El encuentro con una gran fuerza desconocida.” El caso fue secreto sumarial durante años y estuvo prohibido el acceso al lugar de los hechos, durante tres largos años. El único superviviente del grupo, más los familiares de los fallecidos, formaron la Fundación Dyatlov, al no quedar nada conformes con las investigaciones y el secretismo, que el gobierno ruso impuso sobre todo el asunto.


Foto del fatídico grupo
Llevan más de 49 años hasta el día de hoy, reclamando justicia para los muertos; y paz para los vivos. Una paz, que sólo puede otorgar la verdad.
Las primeras teorías culpaban a los mansi, la tribu que habitaba las cercanías del lugar. La teoría se desinfló, al comprobar que los mansi no tenían tierras sagradas o cementerios, que los excursionistas pudieran haber profanado. Además de que según el médico forense, declaró que las lesiones no pudieron ser causadas por la fuerza humana, ya que se asemejaban a las lesiones de un accidente de coche a gran velocidad. Un choque violento. Externamente no perceptibles, pero mortales de necesidad internamente. Huesos rotos y órganos reventados.
Michael Sharavin, V. Strelnikov, Boris Slobcov y V. Chalizov, miembros del equipo de rescate

En 1990, un investigador ruso llamado Iev Ivannov, entrevistó a militares y meteorólogos que declararon, que entre febrero y marzo de 1959, hubo avistamientos de extrañas esferas que sobrevolaron la zona de los Urales, donde sucedieron los trágicos hechos. Esferas brillantes de un color anaranjado. Esferas que volaban a gran velocidad y con rápidos movimientos. Unos informes desclasificados, revelan los testimonios de unos excursionistas que se encontraban a 50 kilómetros de los nueve fallecidos. Relataron que el dos de febrero, observaron las esferas brillantes y de color anaranjado, sobrevolar las montañas de Otorten. Supusieron que a lo mejor, el grupo de Dyatlov, vieran también las luces y las siguieran, y que si una de esas luces se estrelló cerca, aquello podría ser la causa de la muerte del grupo. Era lo que pensó el investigador, cuando desveló los informes que permanecían clasificados desde 1959. Opinión que también compartía Yuri Yudin, el único superviviente, al dar una explicación al extraño bronceado de los cadáveres, la radiación de sus cuerpos y las heridas internas. Sin embargo, jamás se encontraron señales de ninguna explosión en la zona.
Yuri Yudin, único supreviviente
Yuri Yudin, en una de sus últimas visitas a la zona de los Urales, descubrió un cementerio de metales de procedencia desconocida. “Hay cosas muy extrañas en el caso. Cuando me llamaron para identificar los objetos personales, hubo varios que no fui capaz de reconocer: un trozo de tela parecida a la de una capa militar, trozos de cristales y un par de esquís completos, así como otro partido en pedazos”, señaló en una conferencia realizada durante el 50 aniversario de la tragedia.



Fotografía del supuesto Yeti
La mayoría de los investigadores coinciden en que los militares realizaron pruebas en el área que podrían haber sido la causa de la muerte de los nueve alpinistas. El Ministerio de Defensa ruso, sigue manteniendo en su poder documentos que podrían echar luz al misterio. Pero algo fue desclasificado: las fotografías y anotaciones que habían hecho los excursionistas días antes de la tragedia y que incrementa más, si cabe, el misterio entorno a su final. Entre las fotografías que los jóvenes habían tomado de los bosques y los paisajes, de ellos mismos posando sonrientes, ajenos a su triste y violento final, había una en la que se apreciaba, lo que parecía un enorme bípedo, un ser humanoide emergiendo del bosque. Cualquier duda que pudiera tenerse respecto a lo que muestra la imagen, se desvanece cuando se lee en su libreta de notas, con trazo tembloroso y como frase final, lo que uno de los estudiantes escribió: “El hombre de las nieves existe”. La última fotografía, desenfocada, tomada de noche a lo que parecen ser extrañas luces en el cielo, arroja más preguntas que respuestas. Fue pocos minutos antes del trágico desenlace.
Fotograma Nº33 de la cámara de Yuri Krivonischenko
 A parte de pensar en un OVNI estrellado, en el Yeti, en un alud de nieve, un tornado o terremoto, no había la menor prueba que apuntara a un hecho o a otro. Así que se pensó en un experimento secreto de los militares, tras el secretismo que estos, impusieron en el caso desde el comienzo. Se pensó en un lanzamiento de misiles, pero como siempre, no había pruebas de ello. Y el gobierno negó que se realizaran pruebas de balística en la zona en aquella época. Cabe señalar, que en 2007, se encontró un búnker militar en los Urales, cerca de donde se hallaron los cuerpos de los excursionistas. Un búnker abandonado y camuflado bajo la nieve, que data de los años cincuenta, y que muy posiblemente estuviera en uso cuando el grupo de Dyatlov llegó hasta allí.
Monumento a los 9 estudiantes muertos en los Urales

En una conferencia realizada hace unos años, por la Universidad Técnica de los Urales, la Fundación Dyatlov y otras entidades no gubernamentales, llamaron al lugar del suceso el "Paso de Dyatlov", en honor a los estudiantes y para que sus muertes no caigan en el olvido.

Según Yuri Kuntsévich, director del fondo en memoria del llamado «grupo de Dyatlov», citado por la agencia TASS, se ha revelado que dos miembros del grupo eran agentes del KGB, lo que hace suponer que se encontraban en una misión para supervisar algún experimento secreto. Que lo supiera el resto del grupo, jamás se podrá asegurar. Kuntsévich señala que el grupo de los nueve excursionistas llevaba un pesado equipo fotográfico, un equipaje incongruente para una expedición, que en principio, subía a la montaña para practicar el esquí. Otro dato importante que corroboraría la versión de Kuntsévich es que, según afirma, los montañistas debían llegar a la cima del monte Otorten a una hora concreta, por lo que partieron sin mucha carga tras almorzar y tras esconder toda la comida. “Lo más probable es que los excursionistas llegaran a su destino y esperaran que ocurriera el fenómeno que, al parecer, tenían que captar. Pero el plan no salió tal y como se esperaba, lo que probablemente fue la causa de la muerte del grupo”, dijo Kuntsévich.

El director del fondo memorial, argumenta también que de los 10 carretes fotográficos que llevaban en total los miembros de la expedición, solo se encontraron cuatro, y que el destino de los demás es desconocido. “En una de las películas quedaron huellas de un fenómeno no natural, una bola brillante”. Además, según afirma Kuntsévich, todos los excursionistas llevaban un diario, de los cuales sobrevivieron solo tres o cuatro. “Todo esto confirma la relación con el KGB: no eran simples turistas, fueron enviados intencionalmente al paso. Esto lo confirma un permiso oficial de viaje del jefe del grupo”, declaró.
Nikolái Varségov y su esposa Natalia

Natalia Varségova, periodista del diario Komsomólskaya Pravda, ha dedicado gran parte de su vida en investigar este verdadero expediente X desde hace 57 años. "Mi marido y yo hemos viajado varias veces por el norte de los Urales. En años anteriores realizamos expediciones directamente al paso Dyatlov, pero la ruta del último viaje fue la más complicada. Penetramos en la taiga de los Urales polares para examinar allí un objeto no identificado", declaró la periodista. Un cazador mansi, contó a los periodistas que hace unos años vio en el bosque una extraña pieza de hierro a la que incluso había tomado una foto. "Es una pieza de metal de unos dos metros de alto y unos tres metros de ancho. A juzgar por las altas copas de los árboles, lleva allí mucho tiempo, unos 40 o 50 años. Está claro que es parte de un objeto volador: un misil o una aeronave".
Objeto encontrado por un cazador mansi


Los periodistas decidieron averiguar de qué tipo de objeto se trataba y organizaron para el verano, una expedición a la taiga junto con el cazador mansi que tomó aquella foto.

Los investigadores decidieron pasar la noche en una cabaña de cazadores cerca del pantano donde supuestamente se encontraba el objeto que les interesaba. Fue allí donde Natalia sintió en su propia piel las sensaciones escalofriantes de las que la taiga es capaz. "Por la mañana nuestro guía mansi y mi marido se fueron a buscar el objeto, y yo me quedé preparando la comida. Después me acosté un rato en la cama y me quedé dormida. Me desperté porque sentí que alguien detrás de mí me estaba abrazando. Pensé que era mi marido y le dije cansada: '¡Kolia, déjame dormir!'. Me volví, pero ya no había nadie. La verdad es que me asusté. Nunca me había pasado nada así antes".
El cazador mansi Oleg
 Cuando su marido y el cazador regresaron, Natalia les contó lo que le había pasado. El mansi no se sorprendió en absoluto y dijo que estos casos eran frecuentes en aquella zona. "Explicó que un amigo suyo también se quedó a dormir en aquella casita. Y de repente, por la noche, se despertó porque alguien estaba roncando muy fuerte en la cama de al lado. Pensó que era otro cazador y encendió una linterna, pero en la casa no había nadie". La periodista asegura que los mansi son gente muy bienintencionada y no suelen mentir ni inventar cosas porque sí. "Creí a nuestro guía porque también experimenté algo similar", confesó Natalia. A un kilómetro y medio del misterioso descubrimiento del cazador mansi, había un enorme pantano imposible de cruzar que no les dejó acercarse al objeto que estaban buscando. Los periodistas decidieron entonces que volverían a buscarlo en invierno, cuando las aguas estuvieran heladas, pero hasta ahora siguen sin encontrar dicho objeto. Los Varségov no abandonarán sus intentos porque, según ellos, la versión más probable de la tragedia es la de un accidente con un misil o cohete, o un incidente relacionado con ensayos militares. Sin embargo, los investigadores todavía no han encontrado pruebas para fundamentar su teoría.
*Yuri Yudin se salvó por tener problemas de salud
Para finalizar, se ha sabido que en este mismo año 2019, sesenta años después de aquél trágico y enigmático misterio, Rusia ha reabierto el caso y volverá a investigar y a recabar pruebas, pero no os animéis demasiado, pues sólo barajan tres teorías, las más verosímiles, según ellos. El alud de nieve, el desplazamiento de tierra y el huracán o tornado. Dichas teorías verosímiles, se descartaron en su día, al no encontrar el menor indicio de las mismas en la zona, ni ningún meteorólogo que las apoyase. Así que me siento un poco escéptico, pues en el gobierno de Putin, no abunda mucho la credibilidad. Estaremos atentos a lo que suceda.

Leí en una página web, donde trataban este mismo tema, una cita de un famoso escritor, que me gustó y que me hizo pensar. Quisiera exponerla aquí, para los que la lean y sepan lo que yo ya sé, les haga sentir el mismo escalofrío que sentí yo al leerla.


«Sospecho que no existe en el universo mayor dicha que la incapacidad de la mente humana para vincular entre sí todo lo que ella contiene. Estamos morando en un islote de grata ignorancia, circundados por las aguas negras del infinito, y no nos está predestinado emprender grandes travesías».

H. P. Lovecraft, ‘La Llamada de Cthulhu’ (1926)


EN TODO CASO, QUE ESTO SIRVA DE HOMENAJE Y RECORDATORIO.

❄️ 🏔❄️


POR: Aurifex


 EL CONTACTO OVNI DE PIERRE MONNET

Pierre Monnet
Sucedió una noche de julio de 1951. Me encontraba en Courthezon, una pequeña población de Provenza, a dieciocho kilómetros de Aviñón. Yo estaba situado en la antigua Nacional 7 que atraviesa la población y bordea una plazoleta en cuyo centro se yergue una fuente circular. No lejos de allí, se alza una puerta medieval en la que está encajado un reloj eléctrico que señalaba, al inicio de mi aventura, la una y media de la madrugada. En aquella época del año y para aquel tiempo, la circulación automovilística era relativamente más intensa que de costumbre: estábamos en plena época turística y, al mismo tiempo, se celebraban las fiestas de Orange, mi ciudad natal, situada a siete kilómetros de distancia.
La carretera entre Courthezon y Orange tiene un trazado rectilíneo a partir del primer kilómetro. Habitualmente, tardaba entre quince y veinte minutos en recorrerla. Por aquel tiempo no disponía de otro vehículo que mi bicicleta. Realizaba aquel recorrido dos veces por semana, siempre los mismos días y a la misma hora. Mi objetivo: visitar a mi novia que, después, se convertiría en mi esposa.
Comparaba siempre la hora de mi reloj de bolsillo con la de los relojes de los lugares donde me hallaba. Aquel día no fue una expectación y, tras las verificaciones de rigor, subí a mi bicicleta. Pero no sucedió lo mismo que otras veces.
Tuve la pasmosa sorpresa de verme instantáneamente teletransportado cinco kilómetros más allá, siempre junto a la Nacional 7, a la entrada de una vasta, sinuosa y profunda cantera de arena y gravilla. Conocía la existencia de aquella cantera, pero nunca había puesto los pies en ella.
Luego, como dirigido por una fuerza irresistible empecé a subir el ancho sendero en cuesta que se adentraba diez metros más abajo por la cantera. No sabía por qué, al llegar abajo de la pendiente, al nivel del fondo de la cantera, desmonte y avance a pie empujando la bicicleta.
Portada francesa del libro de Monnet
Sentía una extraordinaria ligereza. Me encontraba sosegado y distendido a pesar de lo insólito de la situación. Me sentía como habitado por una inmensa paz interior. Y, cosa extraña, progresivamente, los sonidos exteriores se esfumaban a medida que avanzaba por el fondo de la cantera, como si supiera con toda exactitud a donde me dirigía...
En un recodo, a unos sesenta metros delante de mí y detrás de uno de los múltiples islotes de tierra que los tractores habían bordeado, percibí una luminosidad. Seguí acercándome, y a unos doce metros del islote que había rodeado, a unos quince metros delante de mi, vi flotando, en suspensión, a una distancia entre cincuenta y ochenta centímetros del suelo, un disco de forma lenticular cuyo diámetro medía entre quince y veinte metros.
Aquel disco estaba coronado por un abultamiento central en forma de cúpula. Verticalmente, aquel ingenio debía de medir unos tres metros. El disco irradiaba, mediante lentas pulsaciones, un color “blanco-plateado-azulado” que iluminaba nítidamente las paredes de la cantera a una distancia de unos diez metros. El metal parecía ser la materia con la que estaba hecho  aquel artefacto de fascinante belleza.
Lenta, muy lentamente, me aproxime a aquel objeto que parecía tirar de mi. Luego, al encontrarme ya muy cerca (6 o 7 metros), me di cuenta de que un silencio total se había establecido desde hacía mucho tiempo a mi alrededor. Solo captaba el sonido de mi respiración, los latidos del corazón y la circulación de mi sangre por venas y arterias.
Y, sin embargo, me sentía bien. Maravillado por aquel ingenio, no me había dado cuenta de que ante mi y un poco hacia el lado del artefacto, se encontraban, puestos en pie, cuatro seres humanos que no pertenecían a este planeta. Iban vestidos con un buzo muy ceñido, constituido por un tejido flexible de color plateado luminiscente, formado por “escamas”. Aquella vestimenta iluminaba el suelo a su alrededor hasta, por lo menos, cinco metros.
Retrato de como eran los seres
Avance despacio hasta encontrarme solo a unos tres metros de aquellos magníficos seres. No llevaban ningún casco para poder respirar. Los cuatro se parecían. Sus proporciones eran perfectas. Su cabellera, a la vez rubia y blanca, bajaba ordenadamente por sus hombros. El rostro era hermoso y fino. La edad podía oscilar entre los 28 y los 30 años. Al acercarme, me sonrieron. Eran varones. Irradiaban tranquilidad, amabilidad y bondad. Una paz profunda parecía habitarlos.
Levantaron los brazos hacia mí, horizontalmente, con la palma de la mano vuelta hacia lo alto. Aquella actitud me inspiró una perfecta confianza.
Sin embargo, realicé un conato de retroceso mientras una intensa sacudida me recorría de pies a cabeza: !acababan de expresarse en mí sin haber despegado los labios! !Escuchaba con extraordinaria potencia sus pensamientos dentro de mi cerebro y de todo mi ser! La nitidez y la claridad eran extraordinarias. Al mismo tiempo, supe instantáneamente que los pensamientos no se expresaban mediante palabras, sino que eran como impulsos codificados mezclados con imágenes y conceptos profundos que me resultaban extraños, aunque, a la vez, familiares.
La traducción de los conceptos, depositados en mí aquel primer día de contacto físico, solo empezó a realizarse dos años después. Pero aquí os muestro algunas frases sueltas que pude comprender inmediatamente al punto de ser emitidas:

-“Sentimos que hay temor en ti... que el temor te abandone, queremos el bien de todo ser vivo, especialmente si no es agresivo”.
-“No te acerques más a nuestro vehículo: todo ser vivo que no esté armonizado con su longitud de onda, corre peligro si se aproxima. Las vibraciones que emite destruirían las células de tu cuerpo”.
-“Esta conversación que mantenemos contigo, en el futuro te causará problemas que influirán en tu salud: sufrirás alteraciones nerviosas durante algún tiempo, pero pasarán. Tras lo cual, nuestra conversación se aclarará y podrás transmitir a los seres humanos de tu planeta lo que te hemos comunicado”.
-“Sabemos que usáis entre vosotros el lenguaje por medio del canal de la escritura. Si esta forma te parece más rápida, úsala. Pero has de tener la precaución de no adoptar tus conceptos habituales, porque, de ser así, nuestro mensaje resultaría falseado a causa de la deformación”.
-“Te hemos hablado largo y tendido...Tú emplearás mucho tiempo en traducir, pero una vez lo hayas hecho, di a los seres humanos de tu planeta lo que te esté permitido decir”.
-“Estamos aquí en favor de los hombres de este planeta. Dáselo a entender”.
-“Este mensaje está depositado en ti de forma indeleble...Has de saber utilizarlo con prudencia. Por nuestra parte, nos sentiremos felices si colaboras con nosotros”.
-“No eres el único interlocutor nuestro en tu planeta. Pero, por desgracia, la mayoría de aquellos con los que hemos conversado no quieren hablar de nosotros y los restantes no son creídos por los tuyos”.
-“A medida que vayas realizando tu traducción, escribe y da a saber que y quienes somos”.
-“No temas, pero se prudente con respecto a los tuyos cuando te refieras a nosotros”.
-“Te protegeremos lo mejor que sepamos, a condición de que mantengas el contacto con nosotros de la forma que te hemos enseñado”.
-“No tendrás una vida lo bastante larga en tu existencia actual. Por eso, proponemos regenerar las células de tu cuerpo para que vivas 120 años. No podemos hacer nada mejor por ti. Realizaremos dicha regeneración en el interior de este vehículo. Y te pedimos que nos perdones: hemos creído necesario actuar en este sentido. No recordarás la operación”.

Al llegar a este punto, los seres dejaron de emitir pensamientos. Muy atento hasta ese momento en recibirlos, no me había percatado de que se había abierto la parte delantera de la cúpula. Los cuatro seres seguían presentes, sonrientes y silenciosos.
Fue entonces cuando, sin ni siquiera saludarlos, levante mi bici, di media vuelta y subí la pendiente a pie hasta la carretera. Al llegar a la Nacional 7, monte en mi vehículo de dos ruedas y, por segunda vez, me encontré instantáneamente teletransportado en la entrada de la ciudad de Orange, donde tenía mi domicilio.
Instintivamente, consulte mi reloj y me quede boquiabierto al ver que seguía siendo al una y media de la madrugada.
Para estar seguro de no haber soñado, al entrar en casa, hice a propósito mucho ruido. A la mañana siguiente, me caería encima una airada reprimenda por haber despertado a toda la casa. Y lo cierto es que el sermón no faltó. Ya disponía de una prueba de que yo no había soñado.
Los seres galácticos que he encontrado en diversas ocasiones entran en contacto frecuente conmigo desde 1974, pero no los veo; los contactos son solo telepáticos. Con todo, no puedo dudar de la realidad de estas comunicaciones a distancia.
Recuerdo un viaje a Niza. Un amigo conducía el coche. Estábamos muy cansados de ir y volver en una sola jornada en un R-5. A esa fatiga se añadía la visita a pie de la ciudad de Niza.
Circulábamos tranquilamente por el camino de regreso. Era de noche y el cielo estaba hermoso y estrellado. Ni el más leve asomo de brisa hacía vibrar las hojas de los árboles, por más que empezaba a hacer frío. Nos hallábamos en la Nacional 7 en dirección a Brignole. A unos diez kilómetros de dicha población; eran las 19.50. Justo en ese momento, vimos en el cielo, situado perpendicularmente respecto al eje de la carretera, a una distancia aproximada de mil metros delante de nosotros y a unos cien metros de altura, un magnífico artefacto. Un disco volador, de forma lenticular y de color eléctrico se dirigía en línea recta hacia nosotros. Aquel aparato debía tener unos veinte metros de diámetro y evolucionaba en medio de un impresionante silencio a una velocidad aproximadamente igual a la nuestra, pero en sentido contrario.
Mi amigo, que nunca había visto un ingenio extraterrestre, parecía fascinado por aquello que estaba mirando. El disco había perdido altura y pasaba justo por encima de nuestro coche. Bruscamente, nos inclinamos hacia delante para verlo pasar por encima.
En el instante en que el artefacto pasaba por encima de nosotros, nuestro cansancio desapareció. Y por si esto fuera poco, experimentamos un incremento de fuerza y de ánimo.
Por mi parte, en el mismo instante en que el disco pasaba por encima de nuestras cabezas, recibí un mensaje telepático muy nítido, cuyo contenido transcribo:

“Confianza... estamos aquí... revitalización... confianza, estamos atentos... revitalización celular... siempre estaremos aquí... siempre estaremos contigo... tu misión no ha hecho más que empezar...”.

El amigo que conducía el coche me propuso organizar un largo ciclo de conferencias. Decidí, no sin temor, iniciar aquella gira.
En uno de los mensajes telepáticos, recibido el 11 de junio de 1976, 3 h 45 minutos, se dice:

“... Somos originarios de la estrella que vosotros llamáis Vega, situada en la constelación de la Lira. Esa Estrella es un sistema complejo que comprende 14 planetas, de los cuales 9 están habitados. Pertenecemos a uno de esos planetas, cuyas propiedades en volumen son 20,29 veces mayores que las de vuestro planeta Tierra...”

En otro de los mensajes telepáticos, recibido el 20 de julio de 1977, a las 0:50 h, se dice:

“... Vamos a hablarte de la vida y de la muerte.
Transmitirás a tus semejantes lo que te vamos a decir.
Sabemos que le tenéis mucho miedo a lo que llamáis muerte. En todos lo tiempos habéis cometido el error de pensar que tras la desintegración de vuestro soporte material, ya nada podía existir. La realidad es completamente distinta.
La realidad es que el ser humano, sea quien sea, solo vive en el presente un momento de las vibraciones de su futuro ya que de inmediato, se convierten en vibraciones de pasado. El Presente, el Futuro, el Pasado son solo imágenes ficticias que fraccionan vuestro tiempo en momentos de vida material. Vuestros esquemas comprensivos no pueden concebir más que una realidad. La verdad es que el tiempo no existe.
El lapso de tiempo de vida del que tenéis conciencia, no es otra cosa que una de las múltiples vibraciones del acto de vida energética que vuestro Yo inmortal ha impreso en vuestra envoltura física. Vuestro Yo interior, cuyo origen es divino, es el creador de todo el ser humano que sois, cuerpo, alma y espíritu. Pero vuestra envoltura física degenera por falta de aplicación de las leyes universales cósmicas. Con otras palabras, en cada momento presente, vuestra envoltura se dirige hacia el pasado, hasta su completa desaparición.
A partir de ese instante, vuestro Yo interior, que es energía-vida imperecedera, se une a la masa energética universal. Allí aguarda a que se reúnan los elementos materiales para que pueda reingresar en otra envoltura física en este mismo plano terrestre, en otro planeta o en otra dimensión cuyas vibraciones sean más altas, según el grado de evolución de vuestra conciencia individual.
Cuanto más se prolongue la vida física de una entidad, tanto más tiempo tiene de perfeccionar su evolución en el presente, orientada hacia su próximo futuro constituido por múltiples cambios de estado, que experimenta a lo largo de las sucesivas estaciones.
No habéis de tenerle miedo a lo que llamáis muerte. Con estas palabras le tenéis miedo a lo que estáis ya experimentando desde el nacimiento. Por más increíble que os pueda parecer, la muerte es lo que estáis viviendo ya, es decir, la vejez, la decrepitud, la desintegración progresiva de vuestra envoltura física. El ser humano se pasa toda la vida muriendo para renacer una y otra vez... Este es vuestro ciclo de la vida y de la muerte.
En todo esto no hay nada que no sea natural. No entendemos por qué habéis creado religiones que han deformado y rechazado lo que os acabamos de explicar abreviadamente”.


 Por: Pepín


viernes, 8 de marzo de 2019

ESPECIAL: CRIPTOZOOLOGÍA


Los leones de Tsavo
John Henry Patterson

Marzo de 1898. El teniente coronel John Henry Patterson llegó a Kenia (en África) para supervisar la construcción de un puente ferroviario sobre el río Tsavo. (Tsavo significa “lugar de matanza” en el idioma de los kamba, la tribu que poblaba la zona, en recuerdo de las batallas entre ellos y sus vecinos masai). El proyecto del Ferrocarril de Kenia-Uganda, pronto se convirtió en un infierno por culpa de dos leones. Los trabajadores los llamaban Fantasma y Oscuridad. Por las noches se infiltraban en el campamento y se metían en las tiendas de los trabajadores y se los llevaban fuera para matarlos y devorarlos. Las víctimas podrían llegar al centenar y lo raro del asunto es que eran dos machos, no tenían melena y su guarida estaba en una cueva, donde encontraron restos humanos por doquier. Los británicos ordenaron al teniente coronel Patterson acabar con los animales, pues el temor entre el personal africano e indio, podía convertirse en un motín con mucha facilidad. Algunos brujos señalaban que era un castigo al hombre blanco por invadir su país y llamaban a la sublevación y no colaborar en la construcción del ferrocarril. Además, existían enfrentamientos entre los trabajadores indios y africanos, porque se echaban la culpa mutuamente de la presencia de los leones en el campamento.



Mapa del lugar al que llaman "Matanza"
Patterson junto a una de las trampas
Se rodeó el campamento con trampas y arbustos espinosos, pero los leones lo sorteaban sin hacer ruido. Lo más terrorífico fue descubrir que no mataban por hambre, pues muchas veces dejaban los cuerpos desgarrados. Simplemente mataban y volvían a matar, hasta que eran descubiertos y huían. Volvían y se llevaban a alguien para alimentarse, pero la mayor parte de la carne la dejaban intacta. Eran terriblemente silenciosos y sólo se percataban de su presencia, por los gritos que desgarraban la noche. Aunque no se amilanaban durante el día, su audacia les hizo atacar, sin que los trabajadores pudieran defenderse. Incluso sortearon las llamas del fuego sin el menor temor, para saciar su sed de sangre. Se movían como fantasmas sin hacer ruido, hasta que decidían hacerse visibles, en el preciso momento de atacar.

La caverna que fotografió Patterson
Patterson salió en su busca, dispuesto a cazarlos. Preparó trampas y les esperó, pero los leones se comportaron de manera anómala. No atacaban cuando se les incitaba a hacerlo y sabían esquivar las trampas para seguir matando en el campamento. Patterson fue con una partida tras los leones, pero dado que los campos se extendían a kilómetros a lo largo del río, era difícil saber dónde se ocultaban. Según el diario del propio Patterson, parecían sobrenaturales por su malicia e inteligencia. Encontró la guarida de los leones, una cueva que parecía el mismísimo infierno, lleno de cadáveres humanos mutilados y medio devorados. Se dio cuenta de que los leones no cazaban para alimentarse, sino por placer. El placer de matar.



Patterson posa junto a uno de los leones
Después de varios intentos fallidos de cazarlos, el 9 de diciembre de 1898, nueve meses más tarde desde que comenzaron los ataques, Patterson logró abatir a uno de los leones de varios tiros. Veinte días más tarde acabaría con el segundo león, aunque no le sería tan fácil como esperaba. En el diario de Patterson, cuenta cómo (subido a un árbol) necesitó nueve disparos para acabar con el animal endemoniado. El león hizo caso omiso de los disparos lanzándose contra él para matarlo. Y casi logra su objetivo; sólo el tiro en la cabeza terminó con su vida, quedando sus grandes fauces fuertemente agarradas en una rama del árbol en el que Patterson se hallaba y a escasos centímetros de este. Parecía querer llevárselo con él, al infierno del que había salido.



El segundo león abatido por Patterson
El mayor de los dos, medía tres metros desde la nariz a la punta de la cola y se necesitaron ocho hombres para poder trasladar su cuerpo hasta el campamento. La construcción del puente se completó en 1899 sin más incidentes. Los cuerpos de los animales fueron vendidos al Museo Field de Historia Natural de Chicago en 1924. Hoy día se siguen exponiendo allí y es imposible no sentir un escalofrío al mirar sus ojos sin vida. Quizá porque hay demasiado de nosotros mismos en ellos.




Los leones disecados del Museo Field
Según teorías recientes y tras el descubrimiento de los fósiles mejor conservados de varias crías del león de las cavernas, se piensa que los leones de Tsavo, pudieron ser descendientes o los últimos de su especie, una especie que se creía extinta desde hacía 10.000 años. El león de las cavernas es el antecesor de los leones actuales caracterizándose por su gran tamaño, su agresividad y ferocidad, su ausencia de melena y por utilizar cuevas y cavernas como guarida, cosa que no hacen los leones de ahora.

Patterson en la construcción del ferrocarril
Los leones de Tsavo tienen fama de ser los más peligrosos y agresivos del continente. A veces no dudan en saltar sobre un todoterreno de turistas y golpear sus ventanillas o morder las ruedas. Su aspecto difiere bastante del león nubio, el más estudiado y que campa por Tanzania, Etiopía y gran parte de Kenia a pesar de pertenecer ambos a la misma especie. Podemos destacar su gran tamaño, ya que pueden superar los tres metros de longitud y pesar 50 kilos más que sus parientes de la sabana. Por otra parte, los machos participan tan activamente o más que las hembras en la caza. Además, generalmente no poseen melena, o en su caso, está formada por una rala cresta y enmarañadas patillas. Expertos naturalistas y científicos han estudiado estos leones llegando algunos a la conclusión de que podrían ser una subespecie primitiva emparentada con los supuestos extintos leones del Norte de América y Europa (leones cavernarios), teoría que se ve reforzada por sus notables diferencias morfológicas y la inusual tendencia de esta especie a vivir en cuevas.

El estudio de los cráneos de estos dos felinos verificó que se trataban de leones sanos; y aunque Fantasma tenía un colmillo roto y su cráneo había sufrido una deformación en la primera etapa de su vida, se descartó que fuera motivo alguno para inutilizarlo, pues igual siguió alimentándose de presas salvajes. El estudio de sus dientes demostró que no devoraban sólo a seres humanos, tan sólo era una presa más que se incluía en su menú habitual de búfalos, cebras, impalas, o facóqueros.

 
Dentadura de ambos leones
Fueran o no leones de las cavernas o sus descendientes, lo extraño es que eran dos machos trabajando juntos, (sin que hubiera hembras) y esto desconcierta a los expertos hasta el día de hoy. Tan sólo su recuerdo, despierta hoy día el temor entre los lugareños y aún se cree, que eran espíritus de guerreros vengativos, demonios de la noche que castigaban al hombre por su osadía al intentar, de forma vana, conquistar a la Madre Naturaleza.




La leyenda del la
Araña Gigante del Congo

Las J’ba Fofi



Pronunciado “ch ba fuu fii” de acuerdo con la entonación española, el término significa literalmente “araña gigante” en el idioma nativo de la región. Hace referencia a una especie de tarántulas particularmente grandes cuya envergadura, de acuerdo con la leyenda, está entre metro y medio y dos metros de extremo a extremo de las patas.
 
Dichas arañas son capaces, gracias a su inmenso tamaño, de cazar a todo tipo de animales, desde lagartos y aves hasta leopardos, antílopes, monos y cocodrilos, pasando, según el testimonio de varias tribus y algunos misioneros por seres humanos.
 
Una aproximación al tamaño del monstruo

Las redes de la araña recorren la selva en dirección a una especie de “trampa subterránea” tan conocida en estos animales, que consta con una especie de “tapa” que puede abrirse y cerrarse desde adentro, encerrando a la desprevenida víctima con el monstruo. De acuerdo con los testimonios, el veneno del animal es particularmente potente y puede acabar en minutos (horas, como máximo) con la vida de una persona. 

Avistamientos de la criatura
 

Se reconocen dos avistamientos importantes de la supuesta araña gigante del Congo: uno en 1890 y un en 1938. Desde entonces todo lo que tenemos es una serie de relatos inconexos, leyendas regionales y avistamientos por parte de misioneros y nativos que suelen ser confusos.

El primer avistamiento, en 1890, fue realizado por un Gentleman inglés llamado Arthur Simes, quien se encontraba explorando las costas del Lago Nyasa en la actual Uganda en ese año. Varios de sus hombres comenzaron a enredarse en unas redes pegajosas que estaban adheridas al suelo y no pasó mucho tiempo cuando 2 arañas de más de un metro de envergadura salieron de la densa selva y los picaron. Simes fue capaz de asustarlas usando su arma (aunque según dijo, no logró herir ninguna), pero sus hombres entraron en un fuerte delirio y murieron a los pocos minutos sin que él pudiera hacer nada para evitarlo.

El segundo caso, en 1938, ocurrió cuando una pareja de colonos de Rhodesia, Reginald y Margurite Lloyd, que se encontraban explorando las regiones del entonces llamado Congo Belga se encontraron con una criatura extraña en el camino. Originalmente pensaron que era un felino y detuvieron su vehículo para dejarla pasar, pero pronto notaron que eso no era ningún felino. Se cuenta que la araña cruzó demasiado rápido para poder fotografiarla, y la Señora Llyod quedaría tan impresionada con la experiencia que le exigiría de inmediato a su marido el volver a su nativa Rhodesia.


Si queremos creer en los avistamientos, esta es la única hipótesis viable. Un pariente cercano de las arañas de gran antigüedad: el único descendiente de su raza y que maneja una biología que nos es desconocida. Sería un verdadero fósil viviente de las selvas del Congo, que lleva oculto millones de años del resto del mundo.


https://www.elpensante.com/la-leyenda-de-las-aranas-gigantes-del-congo/


La Bestia de Gévaudan


Mapa de Francia y donde se situa Gevaudán
Mapa de Gevaudán
En 1764, Francia comienza a padecer los asaltos de un extraño animal, parecido a un lobo, pero con mucha más fuerza y más grande, que durante tres años mata a cerca de 100 personas en salvajes ataques, casi siempre niños y mujeres que estaban solos. Era un momento muy delicado para el país porque la nobleza se enfrentaba a un creciente malestar popular por el hambre, la pobreza y la injusticia, que acabaría estallando en la revolución de 1789. Se abatieron varios lobos especialmente imponentes, pero los ataques continuaron. La Bestia de Gévaudan, masacró a más de un centenar de mujeres y niños entre el 30 de junio de 1764 y el 19 de junio de 1767 en el actual departamento de Lozère, región de Occitania, en el sur de Francia. Este animal entraba en las aldeas a plena luz del día, sacaba a los niños de a las casas y los devoraba, atacaba a los pastores en los campos y frustraba las muchas trampas que organizaban contra él. Muchas tropas enviadas por el rey y distinguidos cazadores se movilizaron para matar a este voraz monstruo durante tres años, sin éxito. Se convirtió en un asunto de Estado y hubo una recompensa por su captura. El número de lobos en la región descendió rápidamente, sin que los asesinatos de La Bestia cesaran.

El cuerpo de dragones de caballería del rey, aldeanos y cazadores experimentados, fueron tras La Bestia y varias declaraciones afirman, que las balas rebotaban sobre la bestia, como si su piel fuera extremadamente dura, o tuviera alguna clase de armadura. Según varias declaraciones y descripciones sobre La Bestia, esta, no era un lobo como se afirmó en un principio. Era del tamaño de un caballo, con rayas negras en los cuartos traseros, de pelaje rojizo y una cresta de pelo largo sobre el lomo. Su cola era larga y musculosa, y su mandíbula bien desarrollada y llena de dientes. Además de saltar por una pared y otras hazañas, que se alejan de lo que puede hacer un lobo, por muy grande y fiero que sea. Las huellas eran enormes y se calcula que podría pesar hasta 100 kilos.



Luis XV de Francia
Atacaba a mujeres y a niños sobre todo. Huía de los hombres, pero no dudaba en atacar si se veía acorralado. Despedazaba a sus víctimas de manera inusual, algunas víctimas eran partidas por la mitad y otras eran decapitadas. La fuerza que hay que ejercer para realizar tales actos, hacía pensar que se trataba del mismísimo Demonio. Se hablaba de una bestia exótica escapada de un circo, de un hombre lobo, de un asesino en serie, o varios, incluso se pensó en un complot contra el rey Luis XV o un castigo divino. De hecho, los británicos, enemigos de Francia, publicaban en sus periódicos la inutilidad del rey para frenar las muertes de sus conciudadanos.



Estatua dedicada a la valentía de Valet
En un testimonio jurado registrado en 1765, Beauterne relató la historia de Marie-Jeanne Valet y su encuentro casi mortal con la Bestia y su lucha por sobrevivir. Ella la describió como un perro inusualmente grande. Según el relato, Valet estaba cruzando un río a través de una pequeña área boscosa, cuando se volvió para descubrir a la bestia detrás de ella. Mientras La Bestia se lanzaba hacia ella para devorarla, la joven tuvo el instinto de levantar en alto la lanza casera que llevaba de apoyo para caminar por el bosque. La fuerza y el peso de La Bestia hicieron que se clavara la lanza. Herida pero no muerta, la bestia se revolvió y rugiendo en voz alta, rodó hacia las aguas del río. Esto no acabó con ella, pues los ataques se reanudaron poco después.


Ilustración que muestra cómo debía ser La Bestia
Un gran lobo fue abatido por François Antoine, arcabucero del rey, en septiembre de 1765 en la propiedad de la abadía real de Les Chazes, y embalsamado en París. Para muchos historiadores, la caza de este lobo fue una mascarada para poner fin a los rumores mediáticos que avergonzaban al Rey. Porque la masacre comenzó de nuevo de manera más cruenta, pocos meses después de la muerte del lobo asesinado por el arcabucero. Las muertes continuaron hasta que un extraño personaje, Jean Chastel, acabó con una criatura en junio de 1767. De acuerdo a la tradición y a diversas novelas subsecuentes, él se colocó en un punto despejado para ofrecerse a la bestia y abrió su Biblia. Al estar frente a la bestia, le disparó dos balas de plata, obtenidas de una medalla que tenía grabada la imagen de la Virgen María, y que había fundido previamente para hacer las balas. El último tiro acertó en el corazón de la bestia. Sin embargo, afirman que la bestia se quedó mirándolo fijamente por un momento. Este habría sido un aberrante comportamiento de la bestia, quien usualmente atacaba a primera vista. Algunos creen que esta es la prueba de que Chastel tenía conexión con la bestia o que incluso él la había entrenado. El hijo de Chastel, Antoine, se dijo que guardaba al animal en su colección de animales salvajes.
Monumento a Jean Chastel
Jean Chastel tenía fama de pertenecer a una familia de brujos, acusada a su vez de diferentes crímenes y, sobre todo, de ejercer poderes sobre los animales para azuzarlos contra los hombres. Como esto son habladurías sin pruebas, el misterio perdurará para siempre en aquella región, siendo hoy día un reclamo turístico para curiosos ávidos de relatos sangrientos de La Bestia de Gévaudan.


Tras la muerte de aquella criatura a manos de Chastel, las matanzas se detuvieron sin más. La extraña bestia fue enviada a París, pero como llegó en un estado avanzado de putrefacción, el rey no quiso verlo y ordenó que se deshicieran de él. Nunca se sabrá si aquella criatura era otro de los bulos, para cobrar la recompensa, o era la auténtica Bestia de Gévaudan.



Después de esa fecha, no se registraron más muertes por animales feroces en Gévaudan. Las investigaciones de varios historiadores, entre ellos Michel Louis, atribuyen la ferocidad de los ataques a un animal entrenado, presumiblemente, por el conde de Morangiès, un antiguo oficial y mosquetero de dudosa reputación, con la ayuda de un guarda de caza, Antoine Chastel, hijo del propio asesino de la Bestia. Teorías existen muchas sobre la naturaleza de La Bestia: que si era una hiena traída de África, un león entrenado, un híbrido de lobo y algo más…



Los ataques ocurridos en Gévaudan no fueron casos aislados. Un siglo antes, en 1693, ocurrieron ataques similares en Benais, donde hubo cerca de 100 víctimas, la mayoría mujeres y niños. La bestia responsable fue descrita de forma muy similar a la de Gévaudan. Durante los sucesos de Gévaudan fue vista una bestia el 4 de agosto de 1767 en Sarlat, una región con cuevas prehistóricas situada cerca de Gévaudan. Cuatro décadas después, entre 1809 y 1813, hubo más ataques en Vivaris, donde hubo al menos 21 víctimas (niños y adolescentes). Entre 1875 y 1879, hubo más ataques en L'Indre. Todos estos ataques ocurrieron en periodos de 4 años. Existen informes de ataques y avistamientos de criaturas similares hasta 1954.


La teoría de que fueran leones de las cavernas, como los de Tsavo en 1898, han cruzado por la mente de más de un experto, pero solo son eso. Teorías.



Cabe destacar, que para el cine ha sido un trozo de carne apetitoso, ya que ambos hechos han sido adaptados con gran notoriedad. La Bestia de Gévaudan fue el argumento de la película francesa “El Pacto de los Lobos”, donde apuestan por la teoría de la conspiración contra el Rey de Francia. Los leones de Tsavo, fue el argumento de “Los Demonios de la noche”, en la que se dejan de teorías y no dan ninguna explicación, salvo que fuera un castigo de la Madre Naturaleza contra el ser humano. Ni que decir tiene, que sólo es la punta del iceberg y que sólo hay que indagar un poco más, para darse cuenta de las maravillosas y terroríficas criaturas, que pueblan esta tierra.


EL CHUPACABRAS
Y LAS MUTILACIONES DE GANADO



Esbozo de como puede ser dicho ser

El misterio de las mutilaciones de ganado comenzó en Estados Unidos.

El primer suceso de estas características tuvo lugar en septiembre de 1967 en El Valle de San Luis (Colorado), cuando una yegua llamada Snippy apareció en su rancho muerta y desprovista de carne desde el cuello para arriba. Daba la impresión de que con un objeto mecánico había sido cortado, dejando a la vista tan solo la columna. Todos los órganos internos del pecho le habían sido extraídos con precisión quirúrgica y la médula espinal había desaparecido. A estas conclusiones llegó John Altshuler, licenciado en patología y hematología de la universidad de Denver, quien descubrió que se habían utilizado altas temperaturas para efectuar los cortes. Solo la aparición en el campo quirúrgico, años después, del láser portátil podría explicar los hechos. Pero, ¿quien disponía en 1967 de estos láseres?

Durante los años setenta las mutilaciones de ganado asolaron los ranchos y diezmaron las economías de decenas de rancheros del sur de los Estados Unidos. Estados como Nuevo Mexico o Texas fueron los más afectados. Miles de carneros, búfalos, vacas y toros aparecieron por doquier extrañamente mutilados.

Víctima del Chupacabras
Gracias a la ley de libertad de información, vigente en Estados Unidos, el FBI se ha visto obligado a poner a disposición del público cientos de folios de información, hasta hace poco reservada, sobre diferentes fenómenos paranormales. Al contrario que en el resto de los documentos -la mayor parte dedicados al fenómeno OVNI-, la información del FBI sobre 15 animales mutilados el 24 de mayo de 1978 cerca de Dulce, Nuevo México, va más allá de simples partes policiales y memorandos entre instancias oficiales.

La investigación de las muertes fue orquestada por el oficial cabo Valdez y contó con el apoyo científico del centro sanitario de ganado de Nuevo México y el laboratorio médico de los álamos (universidad de California), dos centros oficiales. Además, participaron en las pesquisas otros tres laboratorios privados.

Valdez, en sus arriesgados informes, notifica la presencia de extrañas luces y misteriosos helicópteros negros en los lugares de las mutilaciones antes y después de que las reses aparecieran muertas.
Heridas causadas por el "animal"

La oleada de mutilaciones del segundo lustro de los años 70 finalizó, y durante casi diez años el asunto pasó a segundo plano. La aparente tranquilidad no fue obstáculo para que algunos investigadores siguieran profundizando en el asunto. Sin duda, quien más se empeñó en descubrir la verdad fue la estudiosa Linda Moulton Howe, que en 1981 presento un documental televisivo llamado una extraña cosecha, en el cual analiza casos como los expuestos. Dos años después, durante una estancia en Albuquerque (Nuevo México) entró en contacto con Richard Doty, un conocido agente de los servicios de inteligencia norteamericanos, quien afirmó que “aquel documental que hizo, disgusto a algunas personas en Washington. No queremos que las mutilaciones de animales y los OVNIS aparezcan vinculados de cara a la opinión pública”.

Howe prosiguió sus investigaciones y llegó a alarmantes conclusiones. Según ella, inteligencias extraterrestres a bordo de OVNIS, son las responsables de estos inquietantes hechos que volvieron a repetirse desde 1989. Ese año se produjeron nuevos casos en Bear Lake, Idaho (EEUU). El shériff del condado se vio obligado hasta a efectuar 16 informes que notifican la existencia de cortes precisos y carencia de sangre en las reses. En 1991 se produjeron nuevas mutilaciones. En Virginia, aparecieron 13 perros terriblemente mutilados.

Posteriores muertes en Arkansas, en las que aparecieron vacas muertas con las ubres extraídas, cortes en la lengua, en la mandíbula y otras partes del cuerpo, revelaron que para efectuar los cortes había sido necesaria una gran fuente calorífica.

¿Quien poseía esa tecnología? Si admitimos la existencia de una mano inteligente -humana o no- es indudable que su actuación es furtiva, es decir al margen de todo conocimiento público.

El chupacabras es algo más que un mito. Comenzó a hablarse de él en la primavera de 1995 en Puerto Rico. Por entonces miles de cabezas de ganado, fundamentalmente ovejas y cabras, aparecieron extrañamente mutiladas con uno o dos orificios de gran profundidad en el cuello. En muchos casos, las autopsias revelaron que las victimas se habían quedado sin sangre. Hubo quien aseguró haber visto al agresor: una especie de reptil bípedo que actuaba en silencio durante la noche y que, según algunos observadores, ejecutaba a las reses al tiempo que en el cielo aparecían extrañas Luces. Hay quien ha afirmado también haber visto al ser de tan dichosa denominación entrar y salir de OVNIS.
Los OVNIS, ¿responsables de las muertes?
La mencionada Linda M. Howe ha mantenido desde siempre que son los extraterrestres quienes operan detrás de estos hechos. El caso más sorprendente de todos los que menciona es el de Judy Doraty, quien en 1973 observó como un ternero se elevaba en el aire en el interior de un haz de luz amarillo. A partir de ahí, su historia se complica.

Según todas las evidencias, tras la reseñada observación, Judy sufrió una abducción en compañía de su hija Cindy. Según relató bajo hipnosis, realizada por el doctor Leo Sprikle, en el interior del objeto observó tejidos de un ojo, de una lengua y de los genitales de dos animales mutilados. Sus captores fueron descritos como delgados, con grandes cabezas, ojos amarillentos con pupilas verticales y cuatro dedos finos y largos.

John Carpenter, investigador OVNI e hipnoterapeuta de Missouri, condujo la regresiones de Cindy, la hija de Judy. A ambas les ocurrió algo parecido a lo sufrido por Myrna Hansen y su hijito, quienes observaron en Cimarron, Nuevo México, como dos seres vestidos de blanco manipulaban una vaca. Los dos fueron abducidos a bordo de unos discos plateados y conducidos- según creían- a una especie de subterráneo que ubicaron en Las Cruces, en el mismo estado sureño.

Las madres, en los dos casos, fueron sometidas a una extracción de ovulos.

Howe localizó el testimonio de una mujer de Missouri, llamada Jane Robinson, que desde niña había sido abducida en repetidas ocasiones por una serie de extraterrestres reptilianos. Este caso ha sido minuciosamente investigado por John Carpenter. Pese a la prudencia que debemos tener ante testimonios como este, es conveniente citar parte de sus

declaraciones, ya que resultan ciertamente clarificadoras:

“Son variables, réplicas manufacturadas que sirven como trabajadores, señuelos, vigilantes de laboratorio y enviados. Esos son los grises. Los más antiguos se parecen se parecen a mantis religiosas: son los bisabuelos de muchas especies, los supervisores de la exploración y de la investigación. Utilizan sustancias procedentes de las vacas en un proceso bioquímico esencial para su supervivencia. El material de ganado que emplean contiene la cantidad correcta de proteínas necesarias para la absorción bioquímica...” “El método consiste en la recopilación de tejidos celulares y órganos extraídos por medio de un rayo de fotones de energía. Se extraen los fluidos y se rellena el sistema circulatorio con un sustituto hidrostático...”

“Se recoge tejido de bioplasma seleccionado, se almacena y se procesa para distintos usos. El tejido bovino es el que más fácilmente se procesa para la realización de réplicas...”
“La unión genética de cromosomas individuales dentro de una matriz de ADN puede usarse para eliminar los rasgos desfavorables y las imperfecciones físicas, lo que da lugar a una raza más fuerte. El producto mejorado puede, así, dar sistemas biológicos avanzados para las generaciones futuras, lo que, en efecto, en último término beneficia a la especie...”
             Es muy posible que retomemos este tema en el futuro, pues es un tema muy jugoso…, del que es imposible no hincarle el diente.

Nessie, el habitante más famoso de Escocia

Para situarnos, el famoso lago Ness se encuentra cerca de la ciudad Inverness, en Escocia, y es un profundo lago de agua dulce.


Localización del lago Ness


Por otro lado, referente a su aspecto, comúnmente se le atribuye a que tendría las mismas características y dimensiones que un Plesiosaurio (del cuál hablaremos más adelante).
El cuerpo, salvando las obvias diferencias de tamaño, sería como el de una tortuga, sin caparazón y con un cuello extremadamente largo.


Ahondando su origen, nos encontramos con que hay diferentes fuentes, rumores o leyendas.
Pero probablemente el primer caso o al menos del que se tiene constancia, sería en el año 565.
Retrato de Columba de Iona
El protagonista de este avistamiento sería Columba de Iona, también conocido como San Columba. (destacada figura entre los monjes misioneros gaélicos que reintrodujeron el cristianismo en Escocia a comienzos de la Edad Media), el cuál según unos textos del siglo VI sobre su vida, se asegura que salvó a alguien del supuesto ataque de un animal marino.
 Aunque también hay otras personas que piensan que lo que pudo avistar Columba serían kelpies (nombre escocés otorgado a un espíritu del agua capaz de cambiar de forma, el cual habita en los lagos (Loch) y estanques de Escocia. En sus apariciones usualmente se describía con la forma de un caballo, pero es capaz de adoptar una figura humana de igual manera. Muy popular dentro del folklore escocés).
Haciendo un pequeño inciso aclarativo, el lago Ness es también muy recurrente en avistamientos de espíritus o criaturas “fantásticas” por así denominarlas, no solo Nessie; por lo que no en vano se le conoce también como el lago Kelpie.
Como último dato sobre este suceso en concreto, hay que aclarar que tanto la anatomía que se describió del ser protagonista del avistamiento, como de los kelpies no coinciden con el aspecto que se le atribuye en la actualidad a Nessie. 

Kelpie en forma animal
Kelpie en forma humana retratado por el famoso pintor inglés Herbert James Draper, en 1913.


Pasamos a 1868, año en el cual se publicó un artículo en el Inverness Courier, sería el primer artículo como tal en hablar o hacer hincapié sobre rumores acerca de la existencia de un «pez enorme u otra criatura» en la profundidad de las aguas.
Más en la actualidad, nos encontramos con que en los años 1930-1932 y 1933 respectivamente hubo todo tipo de artículos o gente contando sus experiencias de avistamientos en el lago Ness; principalmente se le describía como “monstruo marino enorme” “cocodrilo de grandes dimensiones” o simplemente “criatura marina desconocida”.
Podríamos considerar que este fue el auge o punto álgido sobre avistamientos, rumores sobre Nessie.

Como habíamos dicho antes, su supuesto aspecto es altamente parecido al Plesiosaurio, que en su momento fue una clase de dinosaurio marino prehistórico. 

Calco de un fósil de plesiosaurio
Según los fósiles de plesiosaurios pertenecientes a la era mesozoica, indican que este animal prehistórico debió ser un animal físicamente enorme, con un cuello alargado, por el contrario tendría una cabeza pequeña y dos pares de aletas que le servirían para propulsarse o desplazarse bajo el agua.

Para hacernos una idea de su aspecto

Sin embargo, los científicos, e incluso actualmente también la gran mayoría de los criptozoólogos; sugieren que esta hipótesis sería algo altamente inverosímil.
Por motivos como que se necesitaría tener una colonia de crianza de tales criaturas para que pudiesen experimentar una supervivencia a largo plazo o también señalan que el lago Ness no es lo bastante grande o productivo para tener una biomasa que pueda mantener incluso a una familia pequeña de estas criaturas.





 Curiosidades

- Nessie es sin duda una parte emblemática de Escocia, enriquece altamente su, de por sí ya consistente, folklore y por si fuera poco es mundialmente conocido, por lo que a veces es incluso motivo de turismo.

- En 2005 se realizó el triatlón más importante de Escocia en el famoso lago. Los organizadores decidieron asegurar a todos los participantes contra ataques o mordidas del monstruo del lago Ness.
Debido a esto los fanáticos del monstruo marino se sintieron ofendidos, pues se considera que Nessie es amigable e inofensivo.
Supuesta primera fotografía captando a Nessie

-  El doctor Robert Kenneth Wilson es el autor de la foto más famosa de esta criatura fantástica. 

Dicha fotografía fue tomada en 1934.
Desgraciadamente, décadas después se acabaría descubriendo que la foto era falsa, había sido recreada la silueta de la criatura mediante un falso cuello hecho con arcilla y adherido a un submarino de juguete.
Evidentemente, se hizo para conseguir una notoria fama en aquél momento.




- Comúnmente se le conoce como Nessie, como ya hemos visto, pero la criatura de hecho tiene un nombre pseudo-científico: “ Nessiteras rhombopteryx “
El término fue dado por el respetado naturalista, pintor y ornitólogo británico Sir Peter Markham Scott y al fotógrafo submarino Robert Rines. Acuñaron dicho nombre en diciembre de 1975. Scott siempre fue un creyente entusiasta de la existencia y seguidor de la criatura marina Nessie
El nombre podría ser traducido más o menos como "el monstruo de aleta romboidal de Ness”




 🐺 * 🐆 * 🕸️ * 👾


Por: Aurifex, Pepín y Dela