H. H. Holmes:
El primer asesino en serie de Estados Unidos
Herman Webster Mudgett |
Guapo, con aire
distinguido, siempre elegantemente vestido, y su representativo mostacho, Mudgett
tenía innumerables éxitos amorosos. Al llegar a su nueva ciudad no tardó en
seducir a una joven millonaria llamada Myrta Belknap. Tomó el nombre de Holmes como
homenaje al personaje de Arthur Conan Doyle y se casó con Myrta. Gracias a unas
falsificaciones de escrituras, estafó 5,000 dólares a su familia política para
hacerse construir una casa suntuosa en Wilmette.
Más tarde consiguió en las
afueras de Englewood, en el estado de Illinois, la herencia de una farmacia
propiedad de una viuda de quien se hizo su amante y hombre de confianza. A base
de falsificaciones de contabilidad y de malversaciones de fondos, logró hacerse
dueño de la totalidad de sus bienes y después la hizo desaparecer.
Presumiblemente asesinándola.
El Castillo de Holmes |
Para construir su castillo,
el "Holmes Castle", el Dr.
Holmes recurrió a varias empresas, a quienes nunca pagaba e interrumpía pronto
sus obras. De esa manera, él era el único en conocer en detalle un edificio
cuyo extraño arreglo habría podido suscitar la curiosidad. Se estaba preparando
la exposición de 1893, que debía atraer a Chicago una cantidad considerable de
gente, incluidas mujeres guapas, ricas y solas. Holmes adquirió un terreno
gracias a una serie de estafas y emprendió la construcción de un hotel con
aspecto de fortaleza medieval, cuya disposición interior concibió él mismo.
Cada una de las habitaciones del inmueble estaba provista de trampas y puertas
correderas que daban a un laberinto de pasillos secretos desde los cuales, por
unas ventanillas disimuladas en las paredes, el doctor podía observar a
escondidas a sus clientes. La 2ª planta estaba diseñada para desorientar a los
clientes.
2ª Planta del "Castle of Horrors" |
Disimulada bajo el entarimado,
una instalación eléctrica le permitía seguir en un panel indicador instalado en
su despacho el menor desplazamiento de sus futuras víctimas. Con abrir unos
grifos de gas, podía asfixiar a los ocupantes de algunas habitaciones sin
desplazarse.
Un montacargas y dos
"toboganes" servían para hacer bajar los cadáveres a una bodega donde
según los casos, eran disueltos en una cubeta de ácido sulfúrico, reducidos a
polvo por incineración, o hundidos vivos en una cuba llena de cal. En una habitación
llamada "el calabozo" había instalado instrumentos de tortura. Una de
las máquinas instaladas llamó especialmente la atención de los periodistas: un
autómata que permitía hacer cosquillas en la planta de los pies de las víctimas
hasta matarlas de risa. También había habitaciones insonorizadas y paredes
cubiertas de metal con sopletes para torturar a las víctimas.
El Holmes Castle fue
terminado en 1892 y la Exposición Universal de Chicago abrió sus puertas el 1
de mayo de 1893. Durante los seis meses que duró, la fábrica de matar del Dr.
Holmes no se desocupó. El verdugo escogía a sus "clientas" con
precaución, tenían que ser ricas, jóvenes, guapas, estar solas, y para evitar
las visitas inoportunas de amigos o familiares, su domicilio tenía que estar
situado en un estado lo más alejado posible de Chicago. Con el final de la
exposición, las rentas del hotel acusaron una caída brutal y Holmes se encontró
pronto corto de dinero. Para procurarse ingresos incendió el último piso de su
inmueble y reclamó a su asegurador una prima de 60 000 dólares, sin pensar
que la compañía podría hacer una investigación antes de pagárselos. Una vez
descubierto, el doctor se refugió en Texas, donde realizó estafas que lo
llevaron por primera vez a la cárcel. Liberado bajo fianza unos
meses después, ya había planeado su siguiene operación criminal.Nadie sospechaba el monsruo que era en realidad.
Benjamin Pitezel |
La idea era sencilla: un
cómplice, llamado Pitezel, debía hacerse un seguro de vida en una compañía de
Filadelfia. Luego se presentaría como suyo un cadáver anónimo desfigurado por
un accidente. La prima que cobraría la sra. Pitezel sería repartida y el
"muerto" iría durante algún tiempo a hacerse olvidar a Sudamérica.
Sin embargo Holmes cambió de planes y mató realmente a Pitezel, evitándose la
búsqueda de un cadáver desfigurado y quedándose con todo el dinero de la prima,
ya que luego se deshizo de sus hijos.
Sin embargo, un antiguo
compañero de celda, Marion Hedgepeth, le denunció, y la policía realizó una
investigación. Las pesquisas esenciales fueron conducidas por el detective
privado Frank Geyer, quien tuvo el mérito de descubrir la verdadera identidad
de Holmes y que trabajaba para la renombrada Agencia Nacional de Detectives
Pinkerton, contratada entonces por la compañía de seguros. Como
resultado de ello, Holmes confesó la estafa a la aseguradora y los asesinatos
de Pitezel y su familia.
Detective Frank Geyer |
Una vez detenido el
criminal, la policía registró el hotel, y se descubrió que éste había sido
utilizado como lugar de tormento y sala de ejecuciones. Los agentes encontraron
cámaras herméticas desde las cuales se podía bombear gas, un horno lo bastante
grande para contener un cuerpo humano, cubas de ácido, y habitaciones equipadas
con instrumental quirúrgico de disección así como toda la parafernalia de la
tortura. En el juicio un testigo de la acusación describió su trabajo como
empleado de Holmes, quien lo había contratado para que le descarnara tres
cadáveres a razón de 36 dólares por cadáver. Mientras estuvo encarcelado
escribió una diario de 256 páginas, su propia historia de los hechos, con la
que intentó convencer al público de su inocencia antes de que fuera condenado.
Alguno de los pasadizos y trampas |
Pero Henry Howard Holmes fue condenado a muerte por el Tribunal
de Filadelfia y ahorcado el 7 de mayo de
1896, contando entonces con treinta y cuatro años, pocos días antes de su
cumpleaños. Ante el tribunal, Holmes afirmó haber asesinado a veintisiete
personas a lo largo de su vida. Sin embargo, esta cifra es poco creíble, porque
el acusado confesó haber matado a personas que en ese momento seguían vivas,
burlándose de la justicia. Aunque no se sabe con certeza el número de víctimas,
los descubrimientos hechos en su castillo por algunos criminólogos sugieren que
fueron cerca de doscientas mujeres.
En 2017 sus bisnietos, John y
Richard Mudgett
y Cynthia Mudgett Soriano,
exhumaron sus restos para asegurarse de que el cuerpo del ataúd fuera el suyo.
Dado su historial y
sus artes expertas para evadirse, los rumores surgieron poco después de su
muerte. Según los datos históricos antes de su ejecución pidió un “ataúd
el doble de profundo” cubierto con cemento húmedo para evitar
que sus restos pudieran ser “robados y disecados”. Los
periódicos escribieron que la ejecución de Holmes fue “espantosamente
científica, metódica y expedita”. El problema es que
tratándose de Holmes se corrió el rumor de que pudo fingir su muerte. Tales
teorías de la conspiración implicaron al médico sobornando a funcionarios en la
prisión para sustituir por un cadáver a su propio cadáver y huir a Sudamérica.
Herman Webster Mudgett |
Según contaron los medios,
dos horas después de su muerte, partía del patio de prisión un vagón funerario
que contenía un ataúd con el cuerpo de Holmes (o quizás con Holmes vivo). Para
añadirle más misterio poco después aparecía la figura de Robert Lattimer, un
hombre en su momento de confianza de Holmes, que afirmaba haber visto cartas
que demostraban que el médico había engañado a sus abogados, al cura y a los
funcionarios de la cárcel para enterrar a un hombre muerto en su lugar. Es
curioso, porque Lattimer fue una de las personas que Holmes aseguraba haber
matado, una prueba más de las mentiras que dijo antes de morir. Lattimer nunca
enseñó tales cartas, aunque afirmaba que Holmes escapó a un hotel de Nueva York,
para más tarde perderse en una ciudad de Paraguay. Nada de esto pudo ser
confirmado.
Para poner fin al misterio,
el equipo de forenses que desenterró el cadáver de Holmes, confirmó que
efectivamente, dichos restos mortales eran los suyos. Como curiosidad, hay que
decir que el cuerpo estaba parcialmente momificado, y que conservaba incluso su
característico bigote intacto.
Así se puso punto final a un misterio de más de cien años.
Holmes es considerado uno de los primeros
asesinos
en serie reconocidos en los Estados Unidos.
🔪😨
Por: AURIFEX
No hay comentarios:
Publicar un comentario