jueves, 28 de noviembre de 2019

El Barranco de Badajoz




El Barranco de Badajoz, o anteriormente llamado Chamoco, es un barranco o cañón situado en la isla de Tenerife (Canarias), enmarcado dentro del término municipal de Güímar en el sureste de la isla.



El último mencey (que quiere decir jefe o rey de la demarcación territorial) guanche de Güímar, Añaterve, cedió su territorio a las tropas castellanas en 1496, posterior a esto en la repartición de las tierras conquistadas este lugar le fue entregado a Juan de Badajoz y por eso toma el nombre (desde finales del siglo XV) de Barranco de Badajoz. Anteriormente los aborígenes guanches nombraban Chamoco a esta zona donde se encuentra el barranco, aunque también se ha seguido denominando de esta manera por los naturales del lugar hasta nuestros días.

Son muchas las leyendas y las anécdotas sobre experiencias que han tenido muchos de los que han visitado y permanecido, principalmente de noche, en el Barranco de Badajoz. Varios aseguran haber vivído apariciones de seres angelicales y de haber experimentado diversos fenómenos paranormales, entre los que destacan; apariciones de luces en la noche, avistamientos del legendario Tibicenas (demonios o genios malignos en forma de perros oscuros), apariciones de entes, avistamientos de OVNIs e incluso han aparecido vestigios de rituales satánicos. El Barranco de Badajoz es considerado por la mayoría de parapsicólogos como un caso muy similar al famoso Triángulo de Bridgewater ubicado en Massachusetts (Estados Unidos).



En el Barranco de Badajoz el omnipresente silencio y la belleza del paraje son testigos mudos de los secretos milenarios que éste encierra. En su interior alberga, además, recónditas galerías de agua donde antaño trabajaban los lugareños en busca del preciado oro líquido. Sin motivo aparente, estos mineros abandonaron sus herramientas de trabajo, sus hogares y, sin echar la vista atrás, huyeron del lugar. ¿Por qué?, ¿Cuál fue el hecho que los ahuyentó de su trabajo, el único medio que tenían para subsistir?
 
Muchos son los afamados investigadores que han intentado resolver el misterio de la pavorosa espantada. Los sabios del lugar, los mayores, dicen que a principios de siglo (1912), dos mineros que se afanaban infructuosamente en encontrar una galería viable, derrumbaron una pared donde se toparon de frente con dos maravillosos seres de luz. Reza la leyenda, que éstos les invitaron a acompañarles y les indicaron el lugar idóneo para cavar. Otra versión, contrariamente, afirma que un pavor se apoderó de ellos y escaparon en búsqueda de la Guardia Civil. No hay documentos que corroboren esta última, pero la realidad es que, desde la huida, nadie habita en el barranco. Nadie se atreve.

Otra de las misteriosas historias del Barranco de Badajoz es la de: “la niña de las peras”. Nos remontamos a los primeros años de 1900. Se cuenta que los padres de una niña enviaron a su hija al barranco en busca de fruta pero ésta desapareció y no volvió a su casa. La zona fue rastreada completamente por vecinos y amigos de los padres, los cuáles desesperados buscaban a su hija sin encontrarla por ningún lado. Finalmente, desanimados, la dieron por desaparecida.

“la niña de las peras”
Varios años más tarde, la niña regresó a su casa, asombrosamente con el mismo aspecto que tenía al marcharse aquel día a buscar fruta, como si los años no hubieran transcurrido para ella. La niña contó a sus atónitos padres que había llegado al barranco buscando la fruta que sus padres le habían encargado y se quedó dormida al pie de un peral.

Allí fue despertada por un ser muy alto vestido de blanco. Contó la niña que este ser no le inspiró ningún miedo, y accedió a seguirle cuando se lo pidió. La niña acompañó al ser blanco hasta el interior de una cueva en la que había unas escaleras por las que descendieron hasta llegar a una especie de jardín en el que había más seres como él. Finalmente el ser la acompañó de nuevo a la entrada de la cueva y se despidió de ella, que recogió las peras y fue camino a su casa.

          Ella pensaba que sólo habían pasado unas horas, sin embargo habían pasado más de 20 años.
 


Actualmente se escuchan muchas historias de gente que ha pasado noches en el barranco o ha entrado a la gruta que existe en el barranco y ha escuchado la voz de la niña en forma de murmullos.


La soledad del barranco no impidió que germinaran, como la más espesa neblina, más leyendas acerca del sobrecogedor paisaje. Comparten protagonismo con los seres de luz unas esferas luminiscentes de color blanco que se apoderan del frío de la noche; una gélida temperatura que, a su antojo, se vuelve agradable, cálida, como una breve caricia en el devenir de las horas. Eso es lo que dicen muchos aventureros que, a pesar de haber sido alertados por los güimareros, se adentraron en los precipicios de lo desconocido.

Fotografía de Teyo Bermejo
En el llamado también “puerta a otra dimensión”, presenciaron hechos que se escapan a la imaginación: seres alados que, curiosos, se acercaban a darles una bienvenida. Prueba de ello, es la fotografía tomada por Teyo Bermejo en la expedición de 1991, que sin saber bien a qué o quién disparaba su cámara, captó una instantánea del espeluznante ser. Años más tarde, osó en volver al barranco para conseguir más imágenes: esta vez, los insignes retratados fueron las esferas de luz blanca que danzaban, despreocupadas, entre la vegetación.

Con el miedo en el cuerpo, aquellos que se han atrevido a pasar una noche en sus entrañas, la mayoría escépticos, al día siguiente confirmaron que no pasaron la velada solos: escucharon murmullos de hombres y mujeres que, a modo de indescifrables conversaciones, brotaban de las entrañas de la tierra, acompañados por un continuo caer de piedras. Pocos son, muy pocos, los que se atreven a regresar al Barranco de Badajoz, abismo de misterios.






Y como digo siempre, leed, investigad y llegad a vuestras propias conclusiones.
Perseguid la verdad.

Pero además añadiría, viajad. Este hermoso lugar lo merece.


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La extraordinaria vida de

Wolf Grigorievich Messing




Wolf Grigorievich Messing es uno de los personajes más enigmáticos del siglo XX. “Hipnotista, médium y adivino” con estas palabras le describían sus contemporáneos, que fueron testigos en numerosas ocasiones de sus extraordinarios dones. Dicen de él que sabía leer la mente de las personas, y que era capaz de hacer creer lo que quisiera a cualquier persona. Los mitos y leyendas en torno a su personalidad son innumerables.

Wolf Grigorievich Messing
Wolf Messing era un polaco de origen judío que nació en 1899 en la pequeña ciudad de Gura Galvaria, donde tuvo una infancia muy dura, caracterizada por la extrema pobreza y por los golpes y humillaciones que le propinaba su padre.

Por esta razón, a los 12 años de edad, el joven Messing escapó de su casa y se fue a Berlín a buscar trabajo. Allí, en 1912, tras varios meses en los que apenas encontraba algo para comer, Messing perdió la conciencia y los médicos berlineses confirmaron su muerte, después de lo cual su cuerpo fue trasladado al depósito de cadáveres de un hospital local.

Allí fue donde comenzó la leyenda de los extraordinarios poderes de Messing. Un grupo de estudiantes de medicina quedaron pasmados al ver cómo un cadáver acababa de resucitar. Este milagro convirtió a Messing en un hombre muy popular, que en pocos años participó en numerosos actos en los que demostraba al público sus cualidades.


Tras pasar varios años en América Latina, a principios de los 30, Messing empezó a actuar en varias ciudades alemanas, donde ganó una enorme popularidad. El mismo Adolf Hitler, se interesaría por los poderes de Messing. Cuando en 1936 el führer le preguntó sobre el futuro de Alemania, el joven polaco no se atrevió a decirle todo lo que veía, limitándose a predecir que en tres años el Tercer Reich invadiría la mayor parte de Europa.

Wilhelm Canaris
Fue durante un acto en Dresden en 1937, cuando Messing, a pesar de la presencia en el público del almirante Wilhelm Canaris, predijo con estas palabras: "Si ataca los países del Este, Alemania sufrirá una grave derrota. Veo cientos de miles de cadáveres de soldados alemanes." El almirante Canaris, furioso, informó inmediatamente a Joseph Goebbels de que el vidente acababa de dar "una propaganda enemiga en nuestro propio territorio" según sus palabras.

Así pues, el Tercer Reich llegó a anunciar un premio de 250.000 marcos por la persona que detuviera a Messing, que escapó a Varsovia, donde, en uno de sus actos, no sólo confirmó su predicción sobre el trágico destino del ejército nazi, sino que también aseguró que Hitler se suicidaría en la primavera de 1945.



Según se cuenta, Messing fue detenido por la Gestapo en la capital polaca, pero, gracias a sus poderes persuasivos, logró escapar hasta que fue detenido en territorio soviético por haber cruzado la frontera sin permiso.

 
Josef Stalin y Lavrenti Beria

El mismo jefe de la policía soviética y mano derecha de Stalin, Lavrenti Beria, quiso conocer al famoso Wolf Messing. Para comprobar sus dones sobrenaturales, Beria le ordenó a Messing que saliera sólo de la sede policial, donde se encontraba, y que volviera luego a su despacho. Pese a que en la sede había decenas de policías, Messing cumplió las órdenes del jefe comunista y volvió a su despacho. Ninguno de los policías recordaba haber visto al vidente polaco.

De esta manera, Messing también se haría muy popular en la URSS, y llegaría a ser el vidente personal de Stalin después de superar una sorprendente prueba: se supone que logró sacar 100.000 rublos del banco estatal utilizando como documento una hoja en blanco como justificante.

El dictador comunista valoraba mucho las habilidades, pero una predicción del polaco le enfurecería. En agosto de 1939, cuando la URSS acababa de firmar el Pacto de no agresión Ribbentrop-Molotov, Stalin preguntó a Messing sobre su alianza con la Alemania nazi. "Veo a tanques soviéticos en Berlín en unos años" le dijo el vidente.

En 1942, el polaco había predicho en un acto en Moscú que la URSS tardaría 3 años más en ganar la guerra contra los nazis. "Creedme, -dijo- en mayo de 1945 celebraremos nuestra gran victoria." Su relación personal con Stalin se enfriaría en los años de la posguerra. Según una leyenda, en una ocasión, el dictador incluso llegó a amenazar de muerte al vidente, que le respondió: "No estoy preocupado, porque usted va a morir antes que yo".


Lápida de Wolf Messing
Wolf Messing murió en noviembre de 1974 en Moscú. Según varios testimonios de la época, a pesar de que fue operado con éxito de una enfermedad arterial femoral, el vidente dijo con tristeza que le quedaban dos días más de vida. Así, sorprendentemente, pese a su supuesta recuperación, Messing moriría justo dos días después de una insuficiencia renal.

En la actualidad hay muchas personas que ponen en duda gran parte de las historias que han forjado la leyenda de Messing. Uno de los principales argumentos de sus detractores es que no se encuentran suficientes pruebas y testigos que confirmen todos los detalles de estas historias. No obstante, sus críticos no niegan sus habilidades especiales, sino que aseguran que éstas son exageradas, y que en algunas de las historias hay varios elementos de ficción.
            

        Como siempre digo, la última palabra la tienen ustedes, investiguen y lleguen a sus propias conclusiones. Persigan la verdad.
       
       Como apunte final, añadiría que el futuro no está escrito, tan sólo existe el que nosotros creamos. Pero si ya está escrito, y se puede saber de antemano, siempre se puede reescribir. Tan sólo hay que ser constante.


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