viernes, 19 de octubre de 2018

OVNIS

 EL EVENTO DE TUNGUSKA
Mapa de Rusia y el lugar de Siberia donde se encuentra
la región de Tunguska, lugar del evento.

Siberia, Rusia, 1908. Durante una fría noche del 30 de junio, algo sorprendente y aterrador se estrelló en los bosques congelados de Tunguska, que aún hoy, sigue envuelto en el misterio. Es el caso ufológico más antiguo de Rusia y el más enigmático. Algo explotó sobre los bosques siberianos, que iluminó los cielos de toda Europa, como España y Francia. Se cuenta que en la ciudad de Londres, se podía leer el periódico sin necesidad de luz artificial. Aquella luminosidad nocturna, dejó perplejo a los habitantes de medio mundo.

El acontecimiento provocó que todos los sismógrafos detectaran un temblor de tierra de nivel 3 en la escala de Richter, dando como resultado la devastación de 2.100 kilómetros cuadrados de zona selvática, y aunque no había ningún indicio de cráteres de impacto, los árboles y plantas de la zona habían sido arrasados y derribados sobre el terreno. Durante los meses anteriores al acontecimiento de Tunguska, muchas personas advirtieron a las autoridades del avistamiento de diversos objetos volando sobre el espacio aéreo ruso. Objetos Volantes No Identificados.

La mañana del 22 de Febrero de 1908, cuatro meses antes del evento, se pudo observar durante más de treinta minutos en el cielo, un extraño objeto brillante en forma de "V". Volaba con dirección norte sobre la ciudad de Brest. Otro suceso ocurrió en Abril del mismo año, un objeto se estrelló cerca de las vías del ferrocarril de la provincia de Kovelskaya, que se encuentra en el distrito de Novoaleksandrovsky. La prensa local informó de que el maquinista de uno de los trenes se detuvo y descendió junto a los pasajeros para observar el meteorito, que estaba en su mayor parte enterrado a causa del fuerte impacto y presentaba formas pedregosas de color blanco. Parecía que aquello era el emisario de lo que estaba por venir.

Imagen tomada del bosque quemado.
Las observaciones realizadas por los científicos de la ciudad siberiana de Irkutsk, mostraron que un objeto se aproximó con una trayectoria de 115º grados, descendiendo sobre la línea del horizonte con un ángulo de caída de entre 30 y 35 grados. La trayectoria fue con dirección noroeste hasta que desapareció tras las montañas, instantes después se liberó una cantidad de energía similar a una explosión nuclear. Los árboles de las zonas cercanas a Tunguska ardieron más de una semana. Las cenizas que hubo tras la explosión fueron esparcidas por el aire y llevadas por todo el globo terráqueo. Expertos que examinaron el fenómeno, declararon que dicho objeto, explotó antes de tocar tierra, porque de haberlo hecho a la velocidad que iba, habría ocasionado un inmenso cráter y una devastación mucho peor.

Se estima que el objeto era aproximadamente de 100.000 toneladas y la fuerza de la explosión cercana a los 40 megatones, esto equivaldría a 2.000 veces la bomba que soltó EE.UU sobre Hiroshima en Japón en 1945. Expertos en el campo de la balística que investigaron los informes de los científicos, y lo contrastaron con declaraciones hechas por los lugareños que vivían cerca del lago Baikal, explicaron que el objeto, antes de la explosión, sufrió una deceleración y sobrevoló la zona lentamente, variando su trayectoria hacia el oeste, despidiendo una luz muy brillante de color blancoazulada, mientras pasaba cerca del lago a primera hora de la madrugada.

Millones de personas fueron testigos de las secuelas dejadas por el suceso de Tunguska. Durante las 72 horas siguientes tras la explosión, la noche de Europa y Rusia desapareció. El observatorio de Irkutsk, informó de serias perturbaciones en los campos magnéticos del planeta a una distancia de 900 kilómetros al sudoeste de la zona de la explosión. Incluso en las zonas geomagnéticas adyacentes al lugar del suceso, mostraban perturbaciones atmosféricas similares a las que se observan a alta y mediana altura después de una detonación nuclear, pero a diferencia de estas, la de Tunguska se produjo después de la descarga de energía.

Leonid Kulik
Hubo varias expediciones al lugar. En Septiembre de 1921 el profesor y científico del Museo de Mineralogía, Leonid Kulik, lideró la primera expedición financiada por la Academia Soviética de Ciencias. No llegó al epicentro de lugar, pero recopiló mucho testimonios de los lugareños que fueron testigos del extraño evento. El científico se dio cuenta que el fenómeno de Tunguska era de proporciones gigantescas. La segunda expedición se realizó en 1927. El 13 de Abril descubrieron grandes extensiones de tierra, llenas de árboles derribados. La imagen que vieron era dantesca, devastadora, que les causó una profunda impresión. Drenaron algunos lagos en busca del rastro del meteorito estrellado, pero jamás lo consiguieron en catorce años de intentos.

Ciertos rumores apuntan a una expedición secreta en Junio de 1908, liderada por A. Makarenko, que trabajó en la zona del Katonga, nombre local que recibe el río Podkamennaya Tunguska. Makarenko elaboró un informe, en el que relató cómo se sentían todos desorientados en el lugar, y su incapacidad para pensar con claridad. No llegaron más lejos.

Lavrenty Beria
Otra expedición reseñable fue la acontecida en 1949, un año después del primer ensayo de la primera bomba atómica soviética. Los científicos rusos habían comprobado los efectos de dicha bomba en el entorno natural, y los habían comparado con las imágenes obtenidas por un avión de reconocimiento del ejército soviético, que había sobrevolado la zona de Tunguska en dos ocasiones. Ambas pruebas mostraban ciertas similitudes entre sí, haciendo pensar a los científicos que algo parecido a una bomba atómica, había hecho explosión en los fríos bosques siberianos. Lavrenty Beria lideró una expedición, un plan secreto del ejército ruso para recuperar los posibles restos del meteoro o de una posible aeronave propulsada por energía atómica. Algunos científicos que estuvieron bajo las órdenes de Josef Stalin compartían dicha opinión sobre algún artefacto, NO HUMANO, estrellado en los bosques de la estepa rusa. Beria y los científicos llegaron a la conclusión, de que los árboles que encontraron, habían sido derribados por una onda expansiva de alta intensidad, creada sin duda, por una explosión termonuclear. Hubo un minucioso informe con todas las mediciones y observaciones realizadas en la Taiga: balística, radioactividad, magnetismo residual, etc… Se dice que recogieron muestras y objetos del lugar cercano al impacto.

Tuvieron que pasar décadas para que se hicieran públicos algunos de los archivos ufológicos de Moscú y de otras entidades gubernamentales. Algunos informes redactados por el propio Beria, describen algunos objetos hallados en las cercanías de la zona de impacto de Tunguska. Los restos hallados estaban formados por metales que no eran conocidos en nuestro mundo, de gran ligereza y resistencia, que mostraban pequeñas trazas de radioactidad en su composición. Esos restos siguen ocultos por el ejército rojo en algún lugar de Rusia. Los informes de Beria están pendientes de ser verificados hoy día y puede que sigan así durante mucho más tiempo.

110 años se cumplieron el 30 de Junio de 2018 y aún hoy siguen saliendo nuevas teorías, que se suman a las ya existentes. Un meteorito que estalló antes de tocar tierra, un cometa que explotó liberando una energía descomunal, un OVNI que se estrelló desde algún confín del Universo... e incluso se ha llegado a sugerir que el inventor servocroata Nikola Tesla, que residía en Nueva York en aquella época, tuvo algo que ver en el asunto. Debemos recordar que el genial inventor experimentaba con la energía electromagnética y que irradiaba la ionosfera con energía, para provocar ciertas reacciones. Dichas reacciones eran tormentas eléctricas, iluminar ciudades enteras sin cables de ningún tipo, transmitir la energía por todo el mundo o utilizarlo como el arma definitiva, que acabaría con todas las guerras.

Lo cierto y verdad, es que algo explotó liberando una energía brutal de varias bombas atómicas, dejando hasta hoy la huella de la devastación de un misterio imperecedero. Sucesos extraños que acontecieron antes y después y el bosque arrasado, acreditan lo que allí sucedió. Leyendas son contadas sobre las extrañas sensaciones que se tienen al acercarse al epicentro y los que allí siguen viviendo, procuran no acercarse demasiado ni internarse en los bosques siberianos.


Pero como siempre digo, suya es la decisión de creer o no,
investiguen, lean y persigan la verdad.

👽



Por: AURIFEX


Aquí les dejo con un interesante documental (íntegro), que les aportará más datos e imágenes, que dejará su curiosidad algo más satisfecha. Les aportará más información y les inquietará al hacerse la misma pregunta que yo: ¿Puede volver a ocurrir? ¿Y si es así, cuándo?
Que lo disfruten.

jueves, 4 de octubre de 2018


Aquí podréis encontrar todo tipo de cosas relacionadas 
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Habrá información sobre diversos temas y experiencias
 de las que poco se habla.

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